El fenómeno de este viernes fue visible en todo el continente americano, el norte de Europa, el este de Asia, la región Asia-Pacífico y Australia.
Los eclipses parciales de Luna ocurren más frecuentemente que los eclipses totales, pero el de este año fue inusualmente largo.
El anterior tuvo lugar en 2018 y duró solo una hora y 43 minutos, es decir, unas dos horas menos del ocurrido este viernes.