Existen dos tipos de virus de la gripe que afectan al ser humano, el tipo A y el tipo B. El primero de ellos, el tipo A, se divide a su vez en varios subtipos según las proteínas presentes en la superficie del virus, siendo las conocidas H1N1 y H3N2 las dos principales cepas circulantes.
Por otro lado, el tipo B se subdivide en dos linajes que se conocen como influenza B-Victoria y B-Yamagata. Este último linaje del virus de la gripe, el B-Yamagata, apareció a finales de la década de los años ’80 y desde entonces ha conseguido extenderse a nivel mundial, convirtiéndose además en la principal cepa circulante en muchas partes del planeta.
En los últimos años, el linaje B-Yamagata ya estaba experimentando un ligero declive en comparación con los otros tipos y cepas circulantes, pero según un interesante artículo publicado en Nature Reviews Microbiology, la llegada de la pandemia de coronavirus podría haber contribuido a su desaparición.
Las secuencias globales del virus de la influenza de la base de datos GISAID desde septiembre de 2019 hasta agosto de 2021 muestran dos excelentes noticias. La primera es una reducción clara en todos los casos de gripe, independientemente de su origen o cepa. La segunda noticia, la más esperanzadora, nos plantea la posible extinción del virus de la gripe B-Yamagata durante la pandemia de COVID-19.
Durante casi dos años hemos vivido medidas excepcionalmente estrictas de distancia social, uso obligatorio de mascarillas, higiene de manos, restricciones de movilidad y confinamientos a nivel mundial que pueden haber conseguido resultados positivos no solo en la gripe, sino también en otras enfermedades relacionadas, como por ejemplo el virus sincitial respiratorio.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) mantiene en funcionamiento desde 1997 una herramienta global llamada FLUNET para la vigilancia virológica de la influenza que ha informado de muy pocos casos de B-Yamagata a nivel mundial (31 casos hasta mediados de la pandemia) y desde marzo de 2020 “no se ha aislado ni secuenciado ningún virus B-Yamagata”.
Un aspecto muy importante a tener en cuenta es que los virus de la gripe sufren pequeñas, pero frecuentes, mutaciones que obligan a cambiar de manera periódica la composición de la vacuna. El hecho de que dos linajes diferentes de tipo B, el Victoria y el Yamagata, complica aún más la contención de la gripe cada año y nos empuja a diseñar vacunas más amplias pero menos efectivas. Si realmente se ha extinguido este linaje B-Yamagata, las vacunas del futuro podrían ser más específicas y eficaces.
Son grandes noticias que, no obstante, hay que tomar con mucha precaución. Los propios autores del estudio incluyen un interrogante de peso en sus conclusiones:
¿El linaje B / Yamagata se ha ido para siempre o simplemente se ha escondido?
Durante los últimos años, los linajes B-Victoria y B-Yamagata han ido alternando su predominio y sabemos que los virus de la gripe pueden entrar en un estado de latencia durante largos intervalos de tiempo. Por ejemplo, sabemos que durante la década de los años 1990, el linaje B-Victoria apenas se detectó a nivel mundial, a excepción de un brote en Asia. Sin embargo, el tiempo pasó, el virus se despertó nuevamente y a principios de los años 2000 volvió a reaparecer con tanta fuerza que se convirtió en el linaje predominante, superando a Yamagata.
Solo el tiempo podrá decirnos si estamos ante una extinción o si el virus simplemente está dormido a la espera de mejores condiciones de contagio. Sea como sea, no está mal tener un descanso de virus respiratorios después de tantos meses de pandemia.
Fuente: Yahoo Noticias