Ciudades más peatonales, sin humo, con más parques, sin estaciones de gasolina, con ciclovías, son parte de lo que uno imagina a primeras de cambio para evitar un desastre climático.
Y los árboles. En la lucha por el cambio climático, los árboles también cuentan. No será suficiente con detener o reponer la tala de bosques, reforestar las ciudades y proteger los pulmones del mundo. El planeta necesita de más árboles en todos sus espacios, provincias y ciudades, metrópolis y poblados rurales. Pero no se trata de cualquier árbol, sino de determinados árboles que, por una parte, consuman más CO2 y lo conviertan en oxígeno, y/o, por otra, produzcan más sombra y ayuden directamente a menguar las altas temperaturas.
La paradoja de Miami Beach
Uno de los lugares más amenazados ha anunciado un proyecto a diez años. Miami Beach, una isla señalada por científicos y distopías de ficción como un paradero que desaparecería si el cambio climático continúa y las mareas suben y suben su nivel, ha mostrado un plan con el que propone abandonar la siembra de palmeras y poblar este célebre destino turístico con sauces del sur, un árbol propicio para la geografía y el clima, pero que procesa el doble de carbono y produce muchísima sombra, a diferencia de la palmera, cuya sombra es casi inexistente.
Va a ser raro ver convertir en exiguo a ese legendario símbolo del trópico y la vacación que es la palmera.
Además de Miami Beach, el proyecto ha sido asumido por diversas localidades del Sur de Florida como West Palm Beach y la ciudad de Miami.
“Las palmeras no secuestran carbono al mismo ritmo que nuestros árboles nativos y no brindan sombra, no refrescan las calles y veredas para ayudar a contrarrestar el efecto de isla de calor urbano que ofrece el dosel arbóreo”, explicó Penni Redford, gerente de cambio climático de la ciudad de West Palm Beach.
Aunque ninguna de las municipalidades pretende acabar con las palmeras, sino reemplazar a las que mueran y sumar nuevas especies, es lógico pensar que la imagen de las playas o ciudades playeras con sus árboles tropicales se convertirán en el futuro en la imagen de un paisaje antiguo.
Uno de los árboles convenidos para hacerse multiplicar por estar tierras es el Sauce, un árbol frondoso cuyas hojas y ramas largas penden y generan mucha sombra. Es un árbol que, además, necesita y resiste las fuertes temporadas de calor, sol y lluvia de la zona. No en balde, ya es un árbol que tiene extendida presencia en las zonas no costeras del estado.
Los árboles del futuro
Aunque mucha gente no lo sabe, el mundo ha hecho más avances de lo que se conoce para combatir el cambio climático. Las emisiones de gases de efecto invernadero han ido cayendo en los últimos diez años en Estados Unidos, Japón y Europa, y recientemente en Rusia y Brasil.
Según un estudio publicado por el New York Times, hace una década la Tierra se calentaba como para sumar 7 grados Fahrenheit (aproximadamente 4 grados centígrados) más de promedio anual al final de este siglo. Con el descenso al ritmo actual ese estimado alcanzaría 5.5 (aproximadamente 3 centígrados).
Claro que este progreso está muy lejos de las metas que debemos alcanzar si no queremos pagar (nosotros y las generaciones por venir) terribles consecuencias en la vida que conocemos e incluso su viabilidad en el planeta.
Además de lograr el épico objetivo de cambiar de formas de energía, una de las cosas que vamos a necesitar es impulsar no sólo la abundancia de árboles por doquier, sino que esos árboles sean profusos en la limpieza del ambiente, captando CO2 y produciendo oxígeno.
La NASA, las cadenas de ciencias naturales de la BBC y algunos medios ecológicos enlistan los árboles que al parecer producen más oxígeno y captan más CO2. Afortunadamente, no son pocos. Aquí un listado de ocho:
Árbol kiri
También conocido como Paulownia tormentosa o árbol Emperatriz, este es el árbol que más descontamina del mundo. De hecho, se le considera uno de los agentes naturales más potente contra el calentamiento global. Originario de China, el árbol kiri es capaz de purificar hasta un suelo infértil a la vez que absorbe 10 veces más CO2 que cualquier otro tipo de árbol o planta del mundo. El árbol kiri produce más cantidad de oxígeno que cualquier otra especie llegando a capturar 21,7 kg de CO2 cada día, produciendo con esto 6 kg de oxígeno.
Pino Carrasco
El Pinus halepensis es una especie muy común en España, capaz de absorber hasta 50 toneladas de CO2 al año y producir mucho oxígeno. De hecho, es una de las especies más utilizadas en los trabajos de repoblación forestal y muy común en lo que se conoce como bosque mediterráneo.
Pino Piñonero
El Pinus pinea, nombre científico que recibe esta especie, absorbe un poco más de la mitad de CO2 que el pino carrasco. Concretamente, absorbe 27 toneladas de CO2 al año y produce una grandísima cantidad de oxígeno en el proceso.
Alcornoque
El Quercus suber, también conocido a veces como encino, es capaz de absorber hasta 4 toneladas y media de CO2 al año a la vez que produce una gran cantidad de oxígeno.
Jacaranda
Este árbol tan utilizado en parques y jardines de las grandes ciudades por su tamaño y sus preciosas flores malva, también realiza una función saneadora. En su caso, durante su proceso de respiración vegetal produce una gran cantidad de oxígeno y puede llegar a absorber más de 1 tonelada de CO2 al año, por lo que ayuda enormemente a purificar el aire contaminado. Aparte de jacaranda, tiene otros nombres, como jacarandá, gualanday o tarco.
Melia
Al igual que la jacaranda, la Melia azedarach, también llamado cinamomo, agriaz, piocha, o árbol del paraíso, es un árbol que se ha utilizado por su valor ornamental y que, desde hace poco tiempo, también se utiliza para limpiar y purificar el aire de las ciudades. Es capaz de generar mucho oxígeno y absorber 1 tonelada de C02 al año.
Acacia de tres espinas
Otro de los árboles que más oxígeno producen es la acacia de tres espinas, también conocida como Gleditsia triacanthos, es uno de los árboles de crecimiento rápido, alcanzando los 30 metros menos de 40 años, es originaria de Argentina y tiene una capacidad de absorción de poco más de 1 tonelada de CO2 al año.
Olmo común
Este árbol de origen mexicano también es otra de las especies más extendidas por el planeta. Y, aunque su capacidad de producción de oxígeno y de absorción de CO2 no llega a la tonelada, el olmo común o Ulmus minor sigue siendo uno de los árboles que más facilitan la limpieza del aire, y también se utiliza por sus pocos cuidados y resistencia a variaciones de temperatura.
Fuente: Yahoo Noticias