La carne, especialmente la de vacuno, se ha ganado la reputación de ser un "villano" en la lucha contra el calentamiento global y ha sido objeto de debates en la COP26, la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático que se prolongará hasta el 13 de noviembre en Glasgow, Escocia.
La proteína bovina se identifica como el alimento que más contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero y la deforestación en la Amazonía y el Cerrado, según el último informe climático de la ONU.
Decenas de países, incluido Brasil, firmaron un acuerdo para reducir el metano en un 30% para 2030 durante las negociaciones de la COP26. El entendimiento golpea al sector agrícola brasileño en su totalidad, ya que las emisiones de gas metano en el ganado vacuno representaron el 17% de todos los gases de efecto invernadero en el país, según estimaciones del Observatorio del Clima.
Pero hay quienes van más allá y abogan por reducir o incluso recortar por completo el consumo de carne como forma de combatir el calentamiento. Una encuesta de la Universidad de Oxford mostró que la producción de carne de vacuno es, entre todos los alimentos, la que emite más gases de efecto invernadero.
Según este estudio, incluso una porción de carne producida de forma sostenible es más contaminante que una porción de proteína vegetal producida sin tener en cuenta las mejores prácticas para reducir las emisiones.
Pero, ¿es necesario eliminar la carne de la dieta para controlar el cambio climático? ¿Y por qué la producción de proteína de res produce tantas emisiones?
Dieta vegetal versus dieta carnívora
Un informe preliminar de las Naciones Unidas, preparado para la COP26, dice que adoptar una dieta con menos carne y más alimentos vegetales ayudaría a combatir el cambio climático.
El documento, al que tuvo acceso BBC News , es elaborado por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), el principal organismo mundial responsable de organizar el conocimiento científico sobre el cambio climático y orientar las acciones para combatirlo.
Según el IPCC, la producción de carne es uno de los principales factores detrás de la deforestación en la Amazonía y el Cerrado. Esto se debe a que la vegetación nativa a menudo se tala para dar paso a pastos o plantaciones de soja, que alimentan a los rebaños.
El informe preliminar dice que "las dietas basadas en vegetales pueden reducir las emisiones hasta en un 50% en comparación con la dieta occidental promedio".
A su vez, un estudio de la Universidad de Oxford, que calculó las emisiones globales promedio que implica la producción de 40 de los principales alimentos, con datos de 40 mil granjas alrededor del mundo, llegó a la conclusión de que la carne de vacuno y de cordero son los alimentos que más degradar el medio ambiente.
Según el estudio, publicado en la revista Science , una cuarta parte de todas las emisiones de gases contaminantes provienen de la producción de alimentos. Pero existen enormes diferencias entre el impacto que tienen los diferentes alimentos sobre el calentamiento global.
La carne y otros productos de origen animal son responsables de más de la mitad de las emisiones, aunque solo aportan una quinta parte de las calorías consumidas por la población mundial.
Pero es posible reducir en gran medida el impacto climático de la producción de carne mediante la adopción de prácticas relativamente simples, como la rotación del ganado en las áreas de pasto, la suplementación con alimentos y el sacrificio del animal cuando es más joven.
Después de todo, no es sencillo reemplazar el consumo de carne en países como Brasil, donde la proteína animal, por aspectos culturales y productivos, es parte de la vida diaria de una gran parte de la población. Además, las dificultades socioeconómicas en diferentes partes del mundo dificultan la sustitución de proteína animal por proteína vegetal.
"Es fácil decirle al consumidor que preste atención a la proporción de gases de efecto invernadero en los alimentos aquí en Inglaterra, Estados Unidos, Alemania o Bélgica. Le diré esto a una persona que vive en Río de Janeiro y que está buscando un hueso tirado en la basura para poder comer proteínas ”, dijo Paulo Artaxo, profesor de física aplicada de la Universidad de São Paulo, a BBC News Brasil, uno de los científicos que forman parte del IPCC.
Pero, ¿por qué la carne vacuna genera tanta contaminación?
Las emisiones de dióxido de carbono y metano, los dos principales gases de efecto invernadero, ocurren de tres formas en la producción de carne: con la deforestación de las áreas destinadas al pastoreo, por la erosión del suelo cuando el pasto está mal mantenido y por los gases liberados por el ganado en el proceso de fermentación gástrica de los alimentos que ingiere.
En el caso de la deforestación, la tala de árboles genera la liberación de CO2 almacenado por estas plantas en el proceso de fotosíntesis. Las plantas funcionan como depósitos de dióxido de carbono, porque absorben este gas de la atmósfera y lo transforman en azúcares para el funcionamiento de su metabolismo. Con la tala de árboles, ya no se producen nuevas absorciones de dióxido de carbono, además de liberar CO2 a la atmósfera al quemar o descomponer la madera cortada.
Otro impacto de la ganadería es la erosión del suelo utilizado para pastos. Según Isabel García Drigo, gerente del área de Clima y Emisiones del Instituto de Certificación y Manejo Forestal y Agropecuario (Imaflora), el suelo fértil también absorbe y almacena CO2. Si no se tiene cuidado en mantener la hierba y las plantas por donde circulan los bueyes, el suelo perderá vegetación y minerales que lo hacen fértil, perdiendo así su capacidad de almacenar dióxido de carbono.
"Tenemos 81 millones de hectáreas de pastos degradados, con suelo descubierto por pasto. Las áreas sin componente vegetal, ya sea pasto o árboles, están emitiendo gases contaminantes. Estos pastos degradados están emitiendo 39 millones de toneladas de carbono a la atmósfera", explicó Drigo a BBC News Brasil.
El tercer factor contaminante en el ganado está asociado con la liberación de gas metano por lo que se conoce popularmente como "eructos del buey". En el proceso de digerir la hierba y otros alimentos, el buey libera gas metano.
En 2020, las emisiones agrícolas brasileñas aumentaron un 2,5% en comparación con 2019 por una razón contradictoria relacionada con el "eructo del buey". El consumo de carne en el país disminuyó debido a la pandemia y la crisis económica.
Como resultado, se sacrificó menos ganado para el consumo y las cabezas de ganado aumentaron en 2,6 millones, lo que, a su vez, aumentó las emisiones de metano de la llamada fermentación entérica.
¿Cómo reducir este impacto negativo de la carne?
La buena noticia para quienes se preocupan por el medio ambiente pero quieren seguir comiendo carne es que, dependiendo del cuidado que se tenga en el proceso de producción, el volumen de emisiones se puede reducir considerablemente.
Por lo tanto, varios científicos sostienen que el enfoque de las reuniones sobre el clima debería estar en el fabricante de carne, no en el consumidor. Es decir, en acuerdos que exijan prácticas productivas sostenibles y eviten el comercio de productos vinculados a la deforestación.
Durante las reuniones de la COP26 en Glasgow, se firmaron dos acuerdos que podrían ayudar a reducir el impacto contaminante de la producción de carne. Uno de ellos se centra en la protección de los bosques y planea detener la deforestación en el mundo para 2030.
Entre las partes de este acuerdo se encuentra la defensa de mecanismos regulatorios y de seguimiento para evitar que la carne vinculada a la tala de bosques llegue al comercio internacional. El otro acuerdo prevé una reducción del 30% del gas metano en la agricultura para 2030.
Esto significa que los mataderos y productores brasileños deberán adoptar prácticas sostenibles para garantizar un menor impacto del ganado en el medio ambiente.
Isabel García Drigo, de Imaflora, destaca tres medidas que pueden ayudar a reducir significativamente las emisiones en el ganado: rotar el pasto, alternar la ubicación de los bueyes de un pasto a otro para que la vegetación tenga tiempo de recuperarse; utilizar complementos alimenticios para reducir la presencia de pasto en la alimentación de los bueyes y, con ello, las emisiones de metano en la fermentación gástrica; y cuidar la fertilidad del suelo, utilizando nutrientes y leguminosas.
"Por supuesto, siempre tendrás alguna emisión, pero puedes reducir mucho si utilizas el manejo de pastos, manejo de alimentación del ganado con suplementos alimenticios y una reducción en la vida útil del animal. Cuanto más joven se sacrifique el ganado, mejor para el clima, porque dedicará menos tiempo a vivir, comer y producir metano”, dice el gerente de Imaflora.
Para Paulo Artaxo, uno de los autores del informe de la ONU sobre cambio climático, a la hora de debatir metas es necesario priorizar medidas. Y, según él, el enfoque actualmente no debería estar en reducir el consumo de carne, sino en hacer que la producción sea menos contaminante.
“Es importante dejar claro que no se mencionó una reducción en el consumo de carne en la reunión climática, en la COP26. Ese no es el tema. El tema es mejorar la productividad ganadera con menores emisiones de gases de efecto invernadero”, dijo.
"En África, hay más de mil millones de personas que no tienen los ingresos para una dieta con un alto contenido de proteína animal o vegetal. No puede haber una resolución, por ejemplo, que toque este tema (de determinar reducción del consumo de carne), porque obviamente, las personas que hoy no tienen los ingresos para tener una dieta alta en proteínas animales tienen derecho a querer eso ”, defiende.
Fuente: BBC Mundo