Los instrumentos del Observatorio Mauna Loa (Hawái, Estados Unidos), centro de referencia mundial en la materia, marcaron el pasado 3 de abril un nuevo récord histórico de 421,21 partes por millón (ppm) de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera.
Aparte de este dato puntual, la concentración media global de este gas de efecto invernadero (indicador del cambio climático) está marcando este año niveles históricos, pese a que durante el último año se han reducido levemente las emisiones procedentes de la industria o los vehículos con motor de combustión debido a la pandemia de la Covid-19, según destacan los datos difundidos esta semana por el Instituto Scripps de Oceanografía, de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos).
La cifra realmente importante es que el promedio de CO2 en la atmósfera en marzo de 2021 fue de 417,14 ppm, es decir, un 50% más de CO2 en la atmósfera que en el período 1750-1800 -referencia de la época preindustrial, indica el Instituto Scripps.
Los datos analizados en los últimos meses por la NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos) indican esta misma evolución.
Por su parte, la agencia meteorológica de Reino Unido (Met Office), otro de los organismos de referencia mundial en la materia, predice para este año que las concentraciones de CO2 alcanzarán en mayo (mes en el que se registran habitualmente las máximas anuales) una media mensual de 419,5 ppm.
La Met Office recuerda esta semana en una nota de divulgación sobre este fenómeno que "las mediciones diarias [de la concentración de CO2 en la atmósfera] a menudo fluctúan en unas pocas ppm, alrededor del promedio mensual, debido a que los vientos desplazan aire con concentraciones de CO2 más altas o más bajas a los sitios de medición".
La concentración de este gas en la atmósfera también está influenciada por procesos naturales estacionales, como la mayor absorción de carbono por los ecosistemas en el período de primavera y verano en el hemisferio norte.
La mejor visión global del problema se observa en los períodos anuales comparados con ayuda del gráfico conocido como la curva de Keeking. Esta exposición gráfica de datos creada por Charles David Keeling muestra de forma muy clara el incremento en las concentraciones atmosféricas de CO2 y el paralelismo de este fenómeno con el proceso de industrialización.
"El monitoreo continuo del presupuesto global de carbono confirma que el aumento de CO 2 atmosférico es causado enteramente por la actividad humana, principalmente a través de la quema de combustibles fósiles con más contribuciones de la deforestación", recuerda esta semana la Met Office.
"Dado que los sumideros de carbono naturales eliminan el CO2 de la atmósfera mucho más lentamente que la tasa de estas emisiones, los niveles de CO2 se están acumulando continuamente. La reducción de las emisiones ralentiza la tasa de acumulación, pero no la detiene por completo a menos que la entrada total de CO2 a la atmósfera llegue a cero", indica este centro británico especializado en meteorología y clima.
La concentración promedio de CO2 en 2020 en el conjunto de datos del Instituto Scripps fue de 413,94 ppm, es decir, 2,51 ppm más alto que el año anterior. Las mediciones de NOAA muestran un aumento anual de 2,58 ppm.
Los datos muestran, en todo caso, que la reducción de emisiones en 2020 no fue suficiente para impactar sustancialmente la acumulación de CO 2 en la atmósfera, y se requerirán reducciones de emisiones mucho mayores y a más largo plazo para frenar o detener el aumento, destaca Met Office.
El pronóstico actual es que la concentración media anual de CO2 para 2021 será de 416,3 ppm, es decir, un aumento de 2,29 ppm respecto a 2020; asumiendo que las emisiones de CO2 en 2021 serán del mismo nivel que las de 2019 (antes de la pandemia) y la influencia de fenómenos como La Niña, que generalmente aumenta la capacidad de retención de carbono en los ecosistemas.
Fuente: Diario La Vanguardia