Vesubio, Italia
Su peligrosidad estriba en la posibilidad de que despierte de su letargo y vuelva a arrasar sus inmediaciones, como hizo a lo largo de su historia, desde la mítica destrucción de Pompeya (en la imagen) hasta las numerosas erupciones del siglo XIX que provocaron miles de muertos. De momento, permanece en estado de letargo aunque se detecta actividad en sus entrañas.