El artista español, Enrique Iglesias, se ha convertido en la columna vertebral de su familia para la que las distancias y la diferencia de genética no sean una barrera.
Así lo destaca una nota publicada por el Diario El Confidencial.
El clan Preysler es una auténtica piña. No importa cuántos kilómetros separen a los cinco hijos de Isabel (viven repartidos entre Madrid, Doha y Miami) y que sean de distinto padre (tres de Julio Iglesias, una de Carlos Falcó y la pequeña de Miguel Boyer). Si algo les ha inculcado la reina del cuché a todos ellos es que la familia está por encima de todo, y eso es algo que llevan por bandera Chábeli (49), Julio José (47), Enrique (45), Tamara (39) y Ana (31).
Como en todas las familias grandes (Isabel ya tiene siete nietos), siempre cuecen habas. ¿La crisis más reciente? El complicado divorcio de Julio José, que se encuentra aún en una fase preliminar pero que no pinta amistoso. Charisse Verhaert, su mujer y pareja durante las últimas dos décadas, le pide una pensión de más de 7.000 euros al mes y su mansión millonaria en Miami.
No obstante, no está solo. Julio Jr. (como le gusta que le llamen) vive a pocas manzanas de sus hermanos Enrique y Chábeli, y como en todas las situaciones de crisis, ha encontrado por encima de los demás en el cantante y su mujer, Anna Kournikova, a los mejores apoyos para atravesar estos momentos difíciles que se alargan desde el mes de agosto y no terminarán de resolverse, al menos, hasta el 22 de abril, fecha en la que está fijada la primera vista.
El proceso, largo y costoso, según han relatado medios locales, lo está pasando refugiado en la mansión de Enrique, rodeado de sus tres sobrinos, a los que adora, y elaborando una estrategia de defensa frente a su ex mujer con la que no comulga en ninguna de las 173 páginas que ha presentado ante la Corte de Miami.
Enrique, el menor de los hijos varones de Preysler, según han relatado algunos de sus hermanos en los últimos años, se ha alzado como el pilar en el que todos se apoyan cuando las cosas se tuercen. Quizá el más reservado de los cinco, el cantante de fama internacional cuenta con una precisión pasmosa a la hora de dar consejos a sus hermanos, y su generosidad a la hora de ayudarles en lo que sea, en cualquier momento, lo ha convertido en el favorito para todos ellos.
Prueba de ello fue el cónclave de hermanos que organizaron antes de la pandemia en Madrid, durante el concierto que ofreció en el WiZink Center, al que no faltó ninguno (acudieron hasta sus otros hermanos Iglesias y los hermanos Falcó de Tamara).
Apoyo en las crisis de Tamara
Y es que si durante estos meses ha sido el paño de lágrimas de Julio, también lo ha sido en multitud de ocasiones de su hermana, la nueva marquesa de Griñón.
Esta semana, confesaba durante la entrevista portada del último número de 'Vanity Fair' que en sus momentos de mayor ansiedad, cuando “desayunaba filetes empanados” allá por 2016, Enrique fue el primero que la ayudó a poner los pies en el suelo y a despertarse de la pesadilla en la que vivía entre críticas y miedos. “Tamara, ¡no te pueden dejar sin trabajo por haber engordado!”, le decía al teléfono con preocupación. Ella estaba por encima de todo eso y prueba de ello es que siguió sus consejos. “Teniendo a mi hermano Enrique, que es lo más llano del mundo” de su parte, no hay nada que la detenga.
Ahora tiene más de un millón de seguidores en Instagram, las marcas de lujo hacen cola para trabajar con ella (hace poco confesó que rechaza contratos millonarios por falta de afinidad con el concepto que proponen) y atraviesa uno de los mejores momentos de su vida.
Una vida marcada por el éxito
Y es que Enrique, de los cinco, es quizá el que se ha comido el mundo de la manera más literal posible. Ajeno a las críticas y a las opiniones que la gente tiene de él, encontró el amor hace años junto a la tenista de élite Anna Kournikova, con quien tiene tres hijos pequeños, de los que poco o nada se sabe.
Alérgico a las exclusivas y a los medios, ha conseguido seguir los pasos de Julio Iglesias en la industria de la música con un éxito imparable, convirtiéndose en uno de los artistas latinos más aclamados del mundo (para los Billboard Latin Music Awards, el artista latino más grande de la historia en 2020).
A sus 45 años, ha vendido más de 70 millones de producciones musicales, entre discos y sencillos en inglés y español, ha acumulado 5 Grammy Latinos, cinco premios Billboard, 45 Billboard Latinos, 10 World Music Awards, 8 American Music Awards, 10 Latin American Music Awards y otras tantas decenas de premios que harían esta lista interminable.
No nos extraña que se haya convertido en el pilar de unos hermanos para los que ser analizados día a día por la prensa internacional puede que resulte complicado en más de una ocasión.
Fuente: Diario El Confidencial España