Rafael Nadal, habló con el medio Vanguardia y fue muy directo sobre lo difícil que es competir en el deporte sin tener una cura contra el COVID 19.
El detalle de la entrevista
Hoy se iniciaba una nueva fase para los deportistas profesionales. ¿Ha podido entrenarse? ¿Cómo se ha sentido?
He podido entrenarme por primera vez, pero la situación es un poco incierta para los deportistas. Las instrucciones que nos dan a veces son confusas. Yo por ejemplo he ido a entrenarme a una casa privada, a una casa de campo con pista de tenis, porque no tengo claro si puedo entrenarme o no en la academia.
Extraño…
Como profesional puedo estar entrenándome al aire libre pero no sé si puedo hacerlo en nuestra academia de Manacor porque tengo allí a 85 niños y 70 trabajadores confinados desde hace más de dos meses. Tengo una zona apartada donde podría entrenarme pero no tengoclaro si puedo ir o no, así que he preferido ir a la casa de campo de un amigo.
¿Se ha entrenado solo?
Con Carlos Moyá. Según parece sólo podemos hacerlo con un entrenador.
¿Echa de menos un poco más de claridad en las instrucciones de las autoridades?
No, no... Yo no opino de eso porque desgraciadamente se está viviendo la crisis con demasiada tensión política… Se está llevando todo tan al extremo que parece que uno no puede hablar abiertamente de las cosas. Cualquier cosa que digas parece que se interprete en tono político cuando simplemente lo haces por dar tu opinión sin más. Aunque la tengo muy clara y concisa sobre las cosas que están sucediendo, intentaré evitar cualquier mensaje que se pueda malinterpretar.
Uno se imagina a Rafa Nadal confinado como a un león enjaulado… ¿Cómo lo ha llevado?
En las primeras semanas un poco peor. Estaba demasiado pendiente de las noticias que iban pasando, de todas las desgracias, todo el día recibiendo mensajes negativos… Todo era tristeza y me costaba aislarme de eso. Y encima sin ningún horizonte claro a nivel deportivo… incluso me costaba hacer mis rutinas diarias. Después de mis dos primeras semanas mi actitud mejoró.
¿Los deportistas lo pasan peor que otros, encerrados?
Creo que para la gente que está acostumbrada a trabajar en una oficina puede haber sido un pelín menos complicado, pero yo no puedo decir que lo he llevado mal porque Dios me salve de quejarme. Al fin y al cabo, con tanta desgracia, con tantas familias que están sufriendo tanto, qué vas a decir.
¿Le preocupan las repercusiones económicas?
Aquí en Baleares va a ser dramático. Nosotros vivimos del turismo y los próximos meses serán horribles. Ojalá sean sólo meses. La batalla sanitaria, comparándonos con otras regiones, la hemos tenido más controlada. Yo vivo en un pueblo, Manacor, y por suerte no tengo a nadie cercano que haya sufrido.
Hace unos días debía usted estar disputando el trofeo Godó. ¿Se recrea usted en el calendario perdido? ‘Ahora estaría jugando este torneo y no puedo…’.
No puedo hacer eso. No soy una persona de muchas lamentaciones. No me planteo ‘ahora estaría ahí’, ‘lo que me estoy perdiendo’… Uno tiene que ser realista. Estoy en una fase de mi carrera en la que cada año es muy valioso. Dentro de nada cumplo 34 y ojalá pueda jugar muchos más pero evidentemente un año perdido a los 22 no es lo mismo que uno a los 33.
El deporte ha dejado de estar en portada.
Está en un plano secundario, donde debe estar. La situación es demasiado crítica. Lo que se haya perdido, perdido está, ahora nos toca dedicarnos a seguir salvando vidas.