El poker es un juego con una amplia tradición en Costa Rica. La proximidad con Estados Unidos y los impulsos legislativos para la regulación de esta actividad han permitido el desarrollo de un movimiento social muy amplio, que ha desembocado en la consolidación de importantes figuras nacionales como referentes a nivel mundial. El desarrollo del poker online ha impulsado esta tendencia, pues ahora el porcentaje de ciudadanos con acceso a las herramientas de éxito es mucho mayor. En este contexto, la bandera tica está cada vez más y mejor representada en los campeonatos internacionales, gracias, en buena medida, a estos cinco nombres que representan la mejor relación de Costa Rica con este tradicional y popular juego de cartas.
Humberto Brenes
El líder del poker en el país es Humberto Brenes, un jugador nacido en 1954 cuya edad no es un impedimento para su adaptación a los nuevos formatos de juegos.Conocido como ‘El Tiburón’, su experiencia y veteranía le han permitido ganarse un hueco en el espacio internacional, en un contexto de surgimiento de nuevos jugadores y en el que la vertiente online ha ganado mucho protagonismo a las partidas físicas. Su primera gran aparición en este ámbito data de 1988, cuando muchos de los actuales referentes mundiales todavía no habían nacido. Finalizó en cuarta posición las series mundiales (WSOP), un resultado con el que se dio a conocer al mundo. Cinco años después, obtuvo dos de sus grandes victorias: fue campeón del mundo en dos modalidades, lo que le consolidó como uno de los mejores jugadores del momento. Otros triunfos como el logrado en el World Poker Tour de Las Vegas, en 2004, le encumbraron a los cajones más elevados del éxito en esta industria. Pese a que en los últimos años se ha visto obligado a reducir su presencia en torneos internacionales, su trascendencia en la historia de este juego en Costa Rica es inmensa; hasta el punto de que, en el año 2022, sigue siendo considerado como el mejor jugador nacional.
Sus hermanos
Todo queda en familia. Así deben pensar en la familia Brenes, ya que los dos hermanos de Humberto, Eric y Álex, han sido también importantes jugadores de poker en Costa Rica. Alex es el menor de la familia, lo que le ha permitido aprender de sus mayores, especialmente de Humberto. Pese a que no ha conseguido ganar ningún brazalete en una gira mundial, sí que ha estado cerca en varias ocasiones. Finalizó en segundo lugar en dos de las tres mesas finales que ha disputado. Además, ha ganado varios torneos y se mantiene como mucha actividad, tanto en los eventos tradicionales como en los campeonatos organizados de forma online.
Eric, por su parte, llegó más tarde a la actividad del poker, ya que se dedicó, hasta bien entrados los treinta, a gestionar los negocios familiares. Los éxitos de sus hermanos le animaron a adentrarse en este juego y pronto se evidenció que la genética podría influir. Su ascensión fue trepidante, a finales de los noventa y principios del Siglo XXI, hasta que en 2004 ganó un título del World Poker Tour, en el torneo celebrado en el pequeño país centroamericano de Aruba. Venció, contra pronóstico, a los mejores jugadores del momento, y demostró al mundo que la saga de los Brenes era legendaria. La historia de esta familia ha servido de inspiración a los movimientos actuales, donde incluso algunos futbolistas profesionales quieren tener éxito.
Max y Maria Stern, una pareja con mucha historia
Las décadas de los ochenta y noventa fueron claves para el desarrollo del poker en Costa Rica. La influencia de los torneos más importantes del desierto de Nevada llegaron a Centroamérica antes que a cualquier otra región del mundo, una situación de la que el país tico se nutrió especialmente. Las partidas de cartas crecieron entre los ciudadanos, a medida que se abrían nuevos salones físicos y casinos con licencia para alojar este tipo de actividades. En ese escenario se forjó Brenes, al igual que un compatriota de su generación. Fue Max Stern, otro de los grandes jugadores costarricenses. Basó su éxito en su especialidad en el Texas Hold’em, lo que le permitió ganar tres brazaletes de la Serie Mundial.
La particularidad de Max Stern es que uno de sus principales competidores estaba al otro lado de la cama. Su mujer, Maria Stern, también jugaba al poker y lo hacía muy bien. También es una ganadora en el WSOP, concretamente en 1997. Ambos presentan, sin duda, una de las parejas más conocidas en la historia global de este deporte. Durante la última década del pasado siglo se convirtieron en dos de los jugadores más reconocidos del mundo, por su habilidad para manejarse y adaptarse en muchos contextos y con diferentes tipos de juegos. En la actualidad, su nieto Paul Cukier Stern, nacido en 1989, sigue su estela y se mantiene como un jugador activo de este juego que sueña con repetir los éxitos de sus abuelos.