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Beber suficientes líquidos todos los días es crucial si quieres encontrarte bien y mantenerte hidratado. Pero para saber cuándo parar, hay que tener en cuenta otros factores, ya que beber demasiado tarde podría afectar a algo más que a tu sueño.

En principio, la cantidad diaria de agua necesaria es 2 o 2,5 litros (cantidad que debe incrementarse en las personas que realizan prácticas deportivas y en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia), pero saber cómo repartir esa cantidad a lo largo del día tiene más importancia de la que creemos debido al gran impacto que tiene en nuestra salud.

  

Por ejemplo, ¿alguna vez has bebido un vaso alto de agua justo antes de acostarte y luego tuviste que levantarte en medio de la noche para ir al baño? ¿Te costó quedarte dormido después de haber tomado un espresso en la cena? ¿Pasaste una mala noche por haber tomado un plato de sopa o por esos cócteles que tomaste a deshora?

En efecto, beber ciertas cosas a determinadas horas no solo afecta a tu sueño, sino que también repercute en tu salud. Pero no me estoy refiriendo solo al alcohol o las bebidas excitantes, beber agua unos minutos antes de irse a la cama aumenta las probabilidades de desarrollar una sobrehidratación, que puede tener efectos a largo plazo sobre el sueño y la salud.

Dormir bien no solo mantiene nuestro estado de ánimo general y la capacidad para funcionar todos los días. Una buena noche de sueño también ayuda a reducir el riesgo de obesidad, las enfermedades cardíacas, los derrames cerebrales y la depresión.

Por tanto, si beber a deshoras está alterando tus patrones nocturnos y la calidad del sueño, quizás es hora de poner un límite o de respetar ciertas franjas horarias en pro de tu salud, ¿no crees? Además, aunque beber ocho vasos de agua al día no provoca daños, conviene saber que un exceso de líquido en el organismo puede ser grave cuando causa una dilución de sodio en la sangre, lo que causa inflamación del cerebro y los pulmones.

Los expertos tienen mucho que decir al respecto. Así, según cuenta la portavoz de la Academia de Nutrición y Dietética, Amy Bragagnini, al Huffpost, "los dietistas solemos insistir sobre la necesidad de beber y también aconsejamos constantemente a nuestros paciente sobre cómo deben obtener suficientes líquidos". Y una parte clave de esto es discutir el momento de beber líquidos, porque beber agua justo antes de dormir podría hacer que tengas "un exceso de líquidos en tu organismo, por lo que es posible que necesites ir al baño por la noche. Esto puede interrumpir tu ciclo de sueño, afectando negativamente a la calidad del mismo. Si no lo solucionas el sueño, puedes desarrollar una privación del sueño", advierte Leva Kubiliute, experta en sueño y psicóloga del bienestar, en declaraciones a Glamour.

La solución pasa según los especialistas por preguntar a los pacientes a qué hora se suelen acostar. "La respuesta nos da información que no solo ayudará a los pacientes a alcanzar sus objetivos de líquidos diarios, sino que también los preparará para una buena noche de sueño”, añade Bragagnini. “Nos damos cuenta de que no todos trabajan de 8 a. m. a 5 p. m. y se acuesta alrededor de las 10 p.m.".

Recuerda que en el sueño, no importa solo la cantidad de horas, sino también su calidad. A través de un sueño profundo, nuestro organismo se recupera y puede estar en pleno funcionamiento al día siguiente. Despertarte para ir al baño varias veces durante la noche dificulta ese proceso de renovación.

Ese es el principal inconveniente de beber agua antes de acostarse, que nos despierte en mitad de la noche. Las interrupciones del sueño pueden tener consecuencias en nuestra salud y estilo de vida. Obviamente, es importante mantenerse hidratado, pero hay que tener en cuenta el momento en que se bebe. Y para averiguar cuál es la cantidad de líquidos que debemos ingerir y el momento óptimo para uno mismo tenemos que estudiar nuestros hábitos y rutinas.

Se sabe que para conciliar el sueño más fácilmente debemos evitar la ingesta de bebidas estimulantes desde la tarde. También ayuda dejar de beber la mayoría de los líquidos al menos dos horas antes de acostarse. Pero no es una regla matemática, hay que averiguar cuál es el momento óptimo para uno mismo. Para eso es preciso tomar conciencia de cuánto bebemos antes de acostarnos y de cómo eso influye en nuestro sueño.

Lo ideal sería analizar tu ingesta de agua a lo largo del día, no sólo antes de acostarte. Así podrás evitar tener que sobre-hidratarte por la noche. También podría resultar útil mantener una ingesta de líquidos constante en la jornada. Una buena forma de lograrlo sería bebiendo 8 vasos de agua diarios, que según el Instituto de Investigación Agua y Salud de España podemos distribuir del siguiente modo:

  • 2 vasos al despertar: en ayunas para activar el organismo.
  • 1 vaso de agua 30 minutos antes de comer: facilita la digestión y genera una sensación de saciedad.
  • 1 vaso después de practicar deporte: repone el líquido perdido durante el entrenamiento.
  • 2 vasos por la tarde.
  • 1 vaso antes del baño/ducha: ayuda a reducir la presión sanguínea.
  • 1 vaso antes de acostarse: tu cuerpo lo necesitará mientras duermes para recuperarse.

Lo único que debes recordar es que para dormir mejor, puedes adelantar la toma de ese último vaso de agua en función de la hora que te vayas a la cama.

La hora exacta es diferente para cada uno, pero controlar los líquidos durante el día y evaluarlos a partir de ahí puede funcionar. Muchas personas no beben lo suficiente durante el día, así que cuando llega la noche tienen mucha sed. Por eso tratan de reponer esa carencia tomando vasos de agua antes de dormir y luego pueden tener que orinar con frecuencia por la noche interrumpiendo su descanso.

Sin embargo, como hemos visto, el sueño no es lo único que deberías valorar a la hora de replantearte tu forma de beber líquidos durante el día. No se trata solo de beber lo suficiente sino de hacerlo mejor. Lo suyo sería optimizar la forma de hidratarse para no llegar con sed a última hora del día y tener que beber un vaso tras otro durante la cena o inflarse a agua antes de meterse en la cama.

Dosificar los vasos de agua a lo largo del día te ayudará a mantener lo niveles de energía durante toda la jornada, sin picos de cansancio, mareos repentinos o dolores de cabeza. Prueba hasta que lo consigas y quizás llegue el día en que puedas sustituir ese último vaso por un gran, gran vaso de agua en cuanto te despiertes.

Fuente: Yahoo Noticias 

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