El Covid-19 se ha convertido claramente en un desafío para el mundo y traerá un impacto importante en la economía global. El movimiento comercial y turístico se ha resentido sensiblemente. Los eventos masivos son cancelados.
Las bolsas del mundo están en caída. Todo ese es cierto y puede agravarse en las próximas semanas. Pero otra cosa es sentir que el futuro de la humanidad está amenazado en el corto plazo. Hay quienes sienten incluso que todos vamos a morir en poco tiempo.
Para poner las situación en su real contexto, el diario británico The Guardian conversó con científicos y especialistas como el profesor de microbiología y virología español de la Universidad de Navarra Ignacio López Goñi y resumió 9 razones que permiten un mesurado optimismo a pesar de la compleja conyuntura:
1- Sabemos de qué se trata: El virus que causaba neumonía severa en Wuhan, Chna, fue identificado 7 días después del anuncio oficial de su descubrimiento (el 31 de diciembre) y 3 días más tarde su secuencia genética completa estaba disponible: esto marca una gran distancia con el HIV, por ejemplo, que demoró dos años en identificarse. También se sabe el que el virus tiene su origen en los murciélagos y que puede mutar, aunque no lo hace muy frecuentemente.
2- Tenemos cómo detectarlo: El 13 de enero ya estaba disponible un test confiable desarrollado por científicos del departamento de virología del Hospital Univesitario de Berlin con la colaboración de expertos de Londres, Rptterdam y Hong Hong.
3- Sabemos que puede ser controlado (aunque a un costo considerable): Las medidas brutales y draconianas aplicadas por el gobierno chino -luego de ocultar el virus y menospreciar sus efectos en un primer momento- parecen estar funcionando. Varias provincias chinas no han presentado nuevos casos en los últimos días y algunas están reabriendo sus escuelas. En otros países, se han aislado las regiones más afectadas y eso parece ir deteniendo su propagación mayor.
4- Infectarse no es tan fácil (si se toman recaudos) y podemos matar el virus bastante fácil: El lavado frecuente de las manos es la manera más fácil de evitar la propagación del virus. Soluciones con etanol, peróxido de hidrógeno o lavandina son suficiente para desinfectar las superficies. Para pertenecer a la población con alto riesgo de contagio hay que vivir con un infectado o tener contacto físico directo con él o que un enfermo tosa o estornude sobre nosotros o estar en contacto cara a cara a una distancia de menos de 2 metros por más de 15 minutos. Es decir, no se contagia si nos cruzamos a alguien enfermo por la calle.
5- En la mayoría de los casos, los síntomas son suaves y la población joven tiene un riesgo muy bajo: Un estudio sobre 45 mil infectados en China indica que en el 81% de los casos el virus sólo causó malestares menores que se curaron rápidamente; 14% sufrió síntomas severos y sólo 5% fueron casos críticos, con la mitad de ellos que terminaron en muertes. Sólo el 3% corresponden a menores de 20 años y la mortalidad en los menores de 40 es de sólo el 0,2%.
6- Los enfermos se recuperan: Con sólo ver el contador que lleva la Universidad Johns Hopkins, queda claro que la mayor parte de las personas contagiadas (alrededor del 60%) ya se han sanado y regresaron a sus rutinas habituales.
7- Crece rápidamente el conocimiento científico sobre el tema: Si uno escribe “Covid-19” en el buscador de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos PubMed encontrará ya centenares de artículos referidos a pruebas de vacunas, terapias, epidemiología, diagnóstico y tratamiento. Es decir, en poco tiempo ya se ha acumulado una cantidad de instigación y conocimiento científico mucho más rápida que con ninguna otra epidemia similar en el pasado.
8- Ya hay prototipos de vacunas: Diferentes laboratorios como Moderna, Inovio, Sanoi y Novavax e instituciones académicas como la Universidad de Queensland en Australia están trabajando en prototipos de vacunas, algunas de las cuales comenzarán a ser testeadas en breve en humanos.
9- Docenas de tratamientos se están probando: Para mediados de febrero ya existían más de 80 ensayos clínicos de tratamientos antivirales para los enfermos con Covd-19. Algunos de ellos ya fueron efectivos en el tratamiento de ébola, malaria, SARS, HIV y otras.