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Conozca los grandes beneficios y propiedades de la Sandía

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La Sandía contribuye a la hidratación de nuestro organismo, permite una gran variedad de elaboraciones, se puede comer a cualquier hora del día y aporta numerosos e importantes nutrientes.

Por esto es importante hablar de sus inicios cuyo origen se sitúa en África tropical. Según explica la Fundación Española de la Nutrición (FEN), su cultivo se remonta a unos 3.500 años, en el valle del Nilo de Egipto. A partir de ahí, su consumo se expandió, aunque no hay consenso en las fechas y lugares. Se piensa que su introducción en el mundo grecorromano fue bastante tardía. Sí se sabe que los árabes eran grandes consumidores de esta fruta a la que otorgaban propiedades desintoxicantes.

Se cree que hay más de cincuenta variedades de sandía, que se clasifican en función de la forma de sus frutos, el color de la pulpa, el color de la piel, el peso o el tiempo de maduración. Los nutricionistas españoles distinguen entre dos tipos de sandías, genéticamente hablando que son las diploides y tripoides.

¿Cuándo empezar a comer sandía?

Las sandías cultivadas al aire libre florecen entre finales de primavera y principios de verano, por lo que los frutos están en su punto óptimo de sazón a lo largo de todo el verano y principios del otoño. La excepción la encontramos en aquellas cultivadas en invernadero, que está disponible casi durante todo el año.

En este punto, cabe destacar que las autoridades sanitarias recomiendan consumir frutas de temporada, por varios motivos. Uno de ellos: disfrutaremos de un mejor sabor y precio, porque siempre mejor que la fruta y verdura crezca hasta su tamaño natural al tiempo indicado, conservando así todas sus propiedades.

Beneficios y propiedades de la sandía

La sandía es muy apreciada por ser refrescante y rica en agua y sales. De acuerdo con la FEN, es la fruta que mayor cantidad de agua contiene (95 % de su peso), con la hidratación que ello aporta. Precisamente su composición hace que tenga un bajo contenido energético y pocos nutrientes, aunque contiene cantidades apreciables de diversas vitaminas y minerales.

Según los nutricionistas españoles, lo más destacable en su composición es su contenido en carotenoides sin actividad provitamínica (luteína y licopeno), entre los que destaca el licopeno, ya que se encuentra en una elevada cantidad, siendo este alimento una de las principales fuentes dietéticas del fitoquímico.

Merece la pena detenerse en el licopeno, que da a la sandía su color rojizo. La Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) explica como antioxidante, junto con las vitaminas C y A. Además, explica como antiinflamatorio y se ha relacionado con un menor riesgo de ataque cerebral.

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