Las moscas que, además de ser muy molestas e insistentes, pueden ser fuentes de transmisión de enfermedades.
Estos incómodos insectos alados mueren durante el invierno pero cuando suben las temperaturas se reproducen a gran velocidad.
Una sola mosca doméstica puede poner hasta 500 huevos en tres o cuatro días y repetir el ciclo varias veces durante toda su vida, que suele ser de 15 a 25 días, aunque en ocasiones pueden llegar a sobrevivir hasta dos meses.
Por ello, cuando se instalan en un hogar es muy difícil acabar con ellas y si no se toman medidas pueden instalarse y reproducirse, con lo que el problema se agravaría.
Y ¿por qué las moscas llegan con el calor? son muchas las razones, pero la fundamental es que las altas temperaturas hacen que se consuman más bebidas azucaradas (sus favoritas) y hace que los productos se pudran antes. Además, les permitimos entrar en nuestras casa porque con el calor solemos abrir las ventanas para que entre aire fresco y eso lo aprovechan estos dichosos animales alados.
Mantener a las moscas fuera de nuestra casa es sencillo y no requiere el uso de insecticidas ni productos químicos contaminantes. Un claro ejemplo son las plantas. Las moscas odian la albahaca, la menta, la lavanda y el eucalipto. Así, colocar estas plantas cerca de puertas y ventanas evitará que se cuelen las moscas y acaben en la cocina buscando alimento.
Además, aprovechando que no son amigas de estos aromas se puede hacer un spray anti moscas con aceites esenciales de menta, limón y lavanda y meterlo en un difusor para poder echarlo en las habitaciones y que además de dar buen olor, mantendrá a estos insectos alejados.
Uno de los manjares favoritos de las moscas es el dióxido de carbono, presente en todas las bebidas gaseosas. Así, si para mitigar la sed y refrescarnos del calor asfixiante decidimos tomar un refresco, hay que tirarlo a la basura y no dejarlo fuera. si se nos caen algunas gotas en el suelo o cualquier otra superficie es mejor limpiarla cuanto antes.
Otro truco es mantener la cocina libre de olores, sobre todo el cubo de la basura. Aunque tiremos los desperdicios de forma habitual, el cubo suele coger olor y más en verano, donde se acelera el proceso de putrefacción. Para solventar este problema, se puede esparcir bicarbonato sódico por el suelo de la papelera antes de colocar una bolsa limpia porque absorbe los olores y líquidos que puedan salirse de la bolsa.
Tampoco se debe dejar platos sucios en el fregadero. A pesar de que son épocas en las que las normas de limpieza se relajan un poco debido a las vacaciones escolares, es conveniente limpiarlos y meterlos en le lavavajillas para evitar la presencia de moscas y para que no contaminen platos, vasos y cubiertos con bacterias e incluso lleguen a poner huevos sobre ellos. Las sobras deben desecharse en bolsas que queden completamente cerradas o que estén en un cubo con tapa. A las moscas les gusta poner huevos en lugares con temperaturas más altas, por lo que los platos con restos de comida es un lugar ideal para ello.
En el caso de que no logre ahuyentarlas, también puede recurrir a una trampa casera. Para ello. sólo necesitará en bol o recipiente, que deberá rellenar de vinagre de manzana y taparlo con film transparente. Después deberá hacer agujeros en el film lo suficientemente grandes para que las moscas puedan entrar. De esta manera, entrarán en el recipiente pero no volverán a salir.
Fuente: Diario La Razón España