José María Figueres del Partido Liberación Nacional (PLN) y Rodrigo Chaves del Partido Progreso Social Democrático (PSD) se verán las caras en la segunda ronda para elegir al nuevo presidente de Costa Rica.
La BBC Mundo presentó un artículo sobre ambos personajes y el panorama político que se viene en territorio tico.
Las elecciones de la segunda ronda se llevarán a cabo el próximo 3 de abril.
Aquí la nota de la BBC Mundo
El candidato de un partido tradicional contra el de una nueva formación política, un político de larga trayectoria contra un economista de carrera.
Los votantes tendrán que elegir entre José María Figueres, expresidente (1994-1998) y candidato del histórico Partido Liberación Nacional (PLN), y Rodrigo Chaves, exministro de Hacienda y quien compite por el Partido Progreso Social Democrático, creado en 2018, como sucesor del presidente de Costa Rica Carlos Alvarado.
La segunda vuelta de las elecciones presidenciales será el 3 de abril, después de que en la primera ronda, celebrada este domingo, ningún candidato obtuviera el 40% de los votos necesario para alzarse con el cargo. Con el conteo al 79%, Figueres logró el 27,4% de los votos y Chaves el 16,7%.
"Estamos a un paso de empezar la transformación de Costa Rica. Ganamos esta primera ronda por un robusto margen y eso nos da también una enorme responsabilidad. Mañana mismo continuaremos el trabajo incansable para el triunfo final el próximo 3 de abril", dijo Figueres al conocer los resultados.
"Vamos a segunda ronda, sí, el partido nuevo, el más joven de esta campaña", celebró por su parte Chaves.
"Vamos a dejar atrás los refuegos, el conflicto, la confrontación estéril, y les ruego que nos aboquemos todos juntos a crear los consensos para reorientar el rumbo del país y relanzar la prosperidad de nuestro pueblo, para dar mejores condiciones de vida a la juventud, con una promesa de un futuro mejor. A eso los invito", añadió.
Los comicios registraron la mayor abstención en 60 años, con más del 40%, y los votantes acudieron a las urnas para escoger, además del mandatario, a los dos vicepresidentes y los 57 diputados de la Asamblea Legislativa para el periodo de 2022-2026.
Estos son los dos candidatos entre los que los costarricenses tendrán ahora que elegir a su presidente.
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José María Figueres
Proveniente de una familia de políticos, Figueres, de 67 años, vuelve a competir por la presidencia tras una larga estancia en el extranjero.
Quien fuera presidente del país entre 1994 y 1998 y tanteara las aguas en varias ocasiones para repetir en el cargo —sin éxito— ve otra vez despejado el camino de retorno al mando de Costa Rica tras los resultados de este domingo.
En su discurso tras conocer los resultados, aseguró que, de ganar en abril, promoverá un gobierno de inclusión, donde se respeten los derechos de las mujeres, de las minorías y se abogue por el medio ambiente.
"Todos los derechos para todas las personas ese es nuestro inquebrantable compromiso con la sociedad costarricense", dijo.
Nacido en 1954, es hijo de José María Figueres Ferrer, "Don Pepe", quien se levantó en armas y salió victorioso de la guerra civil del 48, fundó la Segunda República y pasó a la historia como el presidente que abolió el ejército en Costa Rica. Su padre también fue el fundador del PLN y se desempeñó como presidente del país en las décadas de 1940, 1950 y 1970.
Él mismo tiene una amplia trayectoria como funcionario público. Graduado en ingeniería industrial en la academia militar de West Point, de Estados Unidos, saltó a la política en 1986.
Fue ministros de Comercio Exterior y luego de Agricultura y Ganadería durante la primera administración (1986-1990) del premio Nobel de la Paz, Óscar Arias.
En 1991 se fue a la Universidad de Harvard para sacar una maestría en Administración Pública.
Tras la muerte de su padre, anunció su intención de llegar a la Presidencia y en 1994, a la edad de 39 años, Figueres se convirtió en el gobernante número 42 de Costa Rica y en el mandatario más joven del continente en ese momento.
Su mandato generó controversias luego de asumir varias reformas polémica que fueron de la liberalización bancaria a la reducción del aparato estatal con el cierre de múltiples instituciones gubernamentales costarricenses.
Impulsó también la reforma a la Ley de Pensiones y la aplicación de nuevos planes de ajuste estructural, lo que llevó a que su popularidad mermara notablemente hacia el final de su gobierno.
Asimismo, promovió la inversión en tecnología y el ecoturismo, creó un sistema de pago por servicios ambientales y se le atribuye la llegada de Intel a Costa Rica en 1996.
Tras terminar la presidencia, se unió al Foro Económico Mundial, al que renunció luego de que se le señalara de participar en un escándalo de corrupción conocido como caso ICE-Alcatel entre los años 2000 y 2003.
Según denunciaron medios costarricenses, Figueres Olsen habría recibido US$900.000 de la compañía francesa Alcatel, señalada de sobornar a varios políticos y funcionarios costarricenses en varios gobiernos.
Figueres negó los señalamientos y alegó que su colaboración con la empresa se limitó a "labores de consultoría".
Vivió en Suiza durante casi ocho años y regresó a Costa Rica en 2011 luego de que en 2007 la Fiscalía archivase el caso. Nunca fue acusado de delito.
El exmandatario fue también señalado en 2017 de participación indirecta en otro escándalo de corrupción conocido como el "cementazo", consistente en un cuestionado préstamo bancario a una empresa constructora.
Otra polémica que salpicó su gestión fue la del cierre del Banco Anglo, la entidad financiera estatal más antigua del país. Varios casos de corrupción lo llevaron a la quiebra y a varios de sus miembros a ser sentenciados a prisión. Como consecuencia, los trabajadores del banco se quedaron sin empleo.
En esta ocasión sus promesas como candidato presidencial se han centrado en reducir el desempleo (14,4% en 2021) y la pobreza (23%), y en promover la protección del medioambiente, con la abolición de la explotación de hidrocarburos.
Además, de ganar, promete entablar alianzas público-privadas, invertir fondos de pensiones en obras públicas y crear infraestructura sostenible.
Rodrigo Chaves
Economista de larga trayectoria y formación internacional, Chaves se sumó a la carrera por la presidencia tras una breve gestión en el gobierno de Carlos Alvarado y fue la gran sorpresa de la noche electoral.
Los encuestas no lo incluían entre los tres favoritos y le otorgaban un 5% del apoyo popular, pero fue poco a poco abriéndose paso y terminó convenciendo al 17% del electorado y asegurándose el paso a la segunda vuelta.
Nacido en 1961, es el candidato con el perfil académico más alto: estudió en Estados Unidos, tiene un doctorado en Economía y recibió una beca de la Universidad de Harvard para estudiar temas de pobreza en Asia.
Trabajó para el Banco Mundial (BM) durante casi 30 años, lo que lo llevó a realizar investigaciones en América Latina y el Caribe, Europa del Este y Asia, y por esto último terminó siendo nombrado director de la oficina del organismo en Indonesia.
Su trabajo en el BM terminó opacado por denuncias de dos trabajadoras que le atribuyeron "insinuaciones sexuales" y un "patrón de comportamiento inapropiado no deseado" entre los años 2008 y 2013, según se lee en la investigación del caso publicada por el mismo organismo.
El economista calificó los señalamientos de "chismes y mentiras" y negó durante la campaña que estas hubieran sido el motivo para que renunciar al cargo en el Banco Mundial.
Sin embargo, dichas denuncias han sido un blanco de ataque de sus oponentes y de grupos de derechos civiles.
Al terminar su trabajo con el BM, Chaves regresó a Costa Rica, donde asumió por casi seis meses el Ministerio de Hacienda tras una oferta del presidente Alvarado en octubre de 2019.
Su paso por Hacienda, en sustitución de Rocío Aguilar Montoya, tenía como misión la estabilidad fiscal, la reducción de la pobreza y la eficiencia presupuestaria, además de reflotar la economía en medio de la pandemia por la covid-19.
Pero las diferencias con el gobierno del presidente Carlos Alvarado Quesada no se hicieron esperar. Comenzaron con diversas declaraciones a la prensa sin autorización del Ejecutivo. Y la filtración de documentos con sus posturas oficiales llevaron a un súbito final su posición en el gobierno en mayo de 2020.
Chaves también tuvo diferencias con la política fiscal del gobierno. Había calificado de "inaceptable" una reforma a un artículo de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, que establecía un tope al crecimiento en el gasto corriente de instituciones públicas.
Sin embargo, el 19 de mayo, los diputados aprobaron en segundo debate el proyecto que libera a las municipalidades de cumplir con esta disposición, con el argumento de que los ayuntamientos requieren de recursos para afrontar la crisis.
"El señor presidente consideró que esa diferencia de lo que él llama estilos no nos permite continuar trabajando juntos. Él tiene la investidura para tomar la decisión política que tomó, porque es una decisión política", añadió Chaves.
En su agenda propone reordenar presupuesto público, aumentar las inversiones en energía verde y cambiar la flota vehicular del país, controlar gastos y una pensión mínima universal.
"Costa Rica está en un situación mala, pero no es un país malo (...). Podemos ser el Singapur de Centroamérica en ingreso per cápita, el Estonia en eficiencia del Estado, el Finlandia en educación pública", consideró.
Fuente: BBC Mundo