El Telescopio Espacial James Webb completó este sábado con éxito la última etapa de su despliegue, desdoblando su último espejo principal y alistándose para comenzar a estudiar -en unos cinco meses y medio- cada fase de la historia del cosmos.
La primera de sus dos alas fue desplegada el viernes y la segunda en la mañana del sábado, como estaba previsto, según ha anunciado la NASA. Los equipos de ingeniería celebraban en el Space Telescope Science Institute en Baltimore, Maryland, en el momento en que la NASA anunciaba en Twitter que el ala final quedaba lista.
"El ala final ahora está desplegada", escribió la NASA en Twitter, explicando que aún quedaba pendiente terminar de asegurarla en su lugar. "Estoy muy emocionado por esto, un hito maravilloso", dijo Thomas Zurbuchen, un ingeniero de la NASA durante una transmisión de video en vivo.
Operación compleja
Debido a que el telescopio era demasiado grande para caber en el cono de la nariz de un cohete en su configuración operativa de despegue, fue transportado plegado como un origami. El despliegue ha sido una tarea compleja y desafiante, el proyecto más abrumador que se haya intentado jamás, según la NASA. "Todavía tenemos trabajo por hacer", expresó la NASA en sus actualizaciones en vivo. "Cuando el pestillo final esté seguro, NASA Webb se desplegará completamente en el espacio", precisó.
Webb, el telescopio espacial más potente jamás construido y sucesor del Hubble, despegó en un cohete Ariane 5 desde la Guayana Francesa el pasado 25 de diciembre y se dirige a su punto orbital, a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra. Aunque el Webb llegará a su destinación espacial conocida como el segundo punto Lagrange en cuestión de semanas, aún le quedan otros cinco meses y medio de configuraciones para quedar listo. Los próximos pasos incluyen alinear los elementos ópticos del telescopio y calibrar sus instrumentos científicos.
Primeras galaxias
Su tecnología infrarroja le permite ver las primeras estrellas y galaxias que se formaron hace 13.500 millones de años, brindando a los astrónomos una nueva perspectiva de la época más temprana del Universo.
A principios de esta semana, el telescopio desplegó su protector solar de cinco capas, un aparato en forma de cometa de 21 metros de largo que actúa como una sombrilla, el cual asegura que los instrumentos del Webb se mantengan a la sombra para que puedan detectar débiles señales infrarrojas de los confines del Universo.
Este escudo solar quedará permanentemente posicionado entre el telescopio y el Sol, la Tierra y la Luna, con el lado expuesto al Sol construido para soportar temperaturas de 110ºC. La luz visible y ultravioleta emitida por los primeros objetos luminosos se ha visto difuminada por la expansión del Universo y hoy llega en forma de infrarrojos, que el Webb puede detectar con una claridad sin precedentes.
Su misión también incluye estudiar planetas distantes para determinar su origen, evolución y habitabilidad.
El blog de la NASA sobre el telescopio informó el sábado que el procedimiento fue "el último de los principales despliegues del observatorio". "Su éxito permitirá desarrollar los próximos cinco meses y medio de tareas, que consisten en establecer una temperatura de operación estable, alinear los espejos y calibrar los instrumentos científicos".