El científico, Philip Lubin, de la Universidad de California, determinó un nuevo sistema de autodefensa planetario que puede llegar a destruir asteroides de grandes magnitudes.
La investigación realizada por Lubin fue explicada de una manera resumida en El Confidencial donde el ¿Cómo Funciona? Fue uno de los puntos en detalle explicados.
El Confidencial sobre la Investigación de Philip Lubin
Un nuevo estudio detalla un sistema de defensa planetaria capaz de destruir cualquier asteroide o cometa peligroso, desde uno de 50 metros (como el que asoló más de 2.100 kilómetros cuadrados cerca del río Tunguska en 1908) hasta un destructor global de 370 metros, como Apophis.
La investigación que ha sido enviada para su publicación al diario científico 'Advances in Space Research' por Philip Lubin —del departamento de física de la Universidad de California en Santa Bárbara— asegura que este sistema de defensa planetaria permitiría a la humanidad poder defenderse sin problemas contra cualquier asteroide o cometa ‘usando tecnología actual’.
Cómo funciona
Según los cálculos y simulaciones presentados por Lubin en su trabajo de investigación de 125 páginas, bastaría una formación de penetradores kinéticos hiperveloces. Estos proyectiles en forma de barra con un tamaño de 1,8 a 3 metros de longitud estarían cargados con explosivos convencionales o pequeñas cabezas nucleares.
El enjambre de múltiples barrenos kinéticos penetrarían el asteroide por múltiples puntos simultáneamente. Una vez alcanzada la profundidad adecuada, estallarían en sucesión fracturando el asteroide, pulverizándolo en pedazos pequeños que no representarían un peligro para la supervivencia de la humanidad.
La investigación afirma que este sistema de defensa planetaria hubiera sido capaz de interceptar y destruir el asteroide que explotó con una fuerza de 0,5 megatones sobre Chelyabinsk, Rusia, a una distancia de solo 100 segundos antes del impacto. Un asteroide de 50 metros —con capacidad destructiva de unos 10 megatones, como el de Tunguska— podría ser interceptado cinco horas antes de su impacto. Uno de 100 metros podría ser interceptado solo un día antes del impacto. Según su simulación, un asteroide del tamaño de Apophis, podría ser pulverizado solo 10 días antes de que alcanzara la Tierra.
Lubin recalca que, lógicamente, cuanto más temprana sea la alerta y antes se alcance el asteroide, menores serán los daños potenciales hasta reducirlos a cero. Con la suficiente antelación, los pedazos de asteroides se desviarán lo suficiente como para evitar que alcancen la Tierra en su mayoría. Si alguno la alcanzara, dice, los pedazos serían tan pequeños —de unos 10 metros de diámetro— que la atmósfera los destruiría. Si sobreviviera uno lo suficientemente grande, tendría un efecto muy localizado y limitado.
La Luna como base de operaciones
En cualquier caso, según las simulaciones de Lubin este sistema eliminaría la posibilidad de un evento planetario que acabara con la humanidad u otro más localizado que destruyera una ciudad o afectase una gran zona geográfica. Como explica el propio Lubin y su colega Alexander Cohen en 'Scientific American', la diferencia entre usar o no este sistema sería como que si “te tirasen un piano de 500 kilogramos en la cabeza desde la distancia de un kilómetro o que te cayeran 500 kilogramos de pelotas de espuma desde la misma distancia”. Sencillamente, las bolas podrían hacer algo de daño, pero no te matarían.
Su sistema, dice, podría defendernos contra asteroides de hasta un kilómetro de diámetro. Para los de mayor tamaño, sin embargo, se necesitaría alcanzar el asteroide con una antelación de 60 días antes del impacto. Este escenario es factible porque tenemos localizados la gran mayoría de estos cuerpos celestes y podemos seguir sus trayectorias en busca de una modificación de su ruta que pueda afectar a la Tierra.
Los realmente peligrosos son los más pequeños, sobre todo los que aún permanecen ocultos. Para protegernos mejor, Lubin propone un sistema de detección y defensa en órbita geoestacionaria o en la Luna, que considera ideal como base de operaciones. Aunque el sistema de intercepción podría funcionar desde la Tierra usando un lanzador tipo Falcon Heavy or Starship, la Luna es perfecta por la falta de atmósfera. Esto permite "la detección a larga distancia óptica, por radar y por LiDAR [barrido de rayos láser]". Después, su baja gravedad resulta en una "baja velocidad de escape que permitiría una capacidad de lanzamiento e intercepción rápida usando cohetes de combustible sólidos".
Fuente: El Confidencial
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