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Recientemente Costa Rica fue premiada con un premio Earthshot, un ambicioso programa ambiental creado por el príncipe Guillermo que pretende encontrar nuevas ideas y tecnologías en todo el mundo para combatir el cambio climático y los problemas más apremiantes que enfrenta la Tierra.

La BBC Mundo presentó un amplio artículo sobre esta buena noticia para territorio costarricense. 

Aquí la nota 

Son días felices en Costa Rica. La semana pasada, la banda Coldplay anunció que abrirá allí su gira de conciertos The Music Of The Spheres ("Música de las esferas") prevista para 2022, por la fama mundial de este pequeño país en el uso de energías limpias.

Y el domingo, el príncipe Guillermo, duque de Cambridge, le otorgó a su gobierno el premio Earthshot en la categoría "proteger y restaurar la naturaleza".

Un reconocimiento de 1 millón de libras esterlinas (unos US$1,3 millones) por su exitoso modelo de conservación del bosque.

El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, dijo en Twitter que su gobierno invertirá el premio en la conservación de los ecosistemas marinos.

Según Alvarado, los fondos se usarán para "replicar en el mar el modelo de conservación que se ha implementado exitosamente en los ecosistemas terrestres".

El premio también recuerda que este programa, que sostiene una parte importante de los bosques privados, sufre una presión económica creciente.

Reforestación y protección

Costa Rica es, según un informe de 2016 de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el primer país de Latinoamérica que logró revertir la deforestación y aumentar su cobertura boscosa.

Cifras recientes del Banco Mundial muestran que el país aumentó su cobertura forestal de un 47% en el año 2000 al 59% en 2020.

Este avance se debe en parte al programa galardonado por el príncipe Guillermo y a un cambio en la estructura productiva del país, que antes se enfocaba en gran parte en la ganadería.

El plan ambiental premiado combina la conservación del bosque en áreas silvestres protegidas que pertenecen al Estado con la reforestación y preservación en terrenos que pertenecen a dueños privados.

La duquesa de Cambridge, Kate Middleton, anunció el reconocimiento para Costa Rica. 

En el caso del ámbito privado existe un sistema de pago por servicios ambientales (PSA), que consiste en una compensación económica para las personas que poseen fincas y que, en vez de usarlas para cultivos o ganadería, deciden conservar y proteger los árboles o incluso combinar esa protección con otras actividades productivas.

Los pagos por servicios ambientales existen en varios países del mundo, pero en Costa Rica hay diferencias palpables, según le explica a BBC Mundo Jorge Mario Rodríguez, director del Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (Fonafifo) que desarrolla el programa.

Una de ellas es que el país tiene fondos ya asegurados cada año.

"La ventaja es que la ley forestal le dio una fuente de recursos fija, sólida y constante", explica Rodríguez.

La ley forestal de 1996 creó los PSA y estableció un impuesto a la gasolina y a otros hidrocarburos que actualmente es del 3,5%.

Según Rodríguez, la mayoría de países que tiene este tipo de esquemas establece un presupuesto cada año, según las condiciones del país.

"Es lo que sucedía en Costa Rica antes de la ley forestal: el Ministerio de Hacienda era el que decidía cuánto presupuestaba. En cambio ahora, con los datos de Recope (la refinadora de petróleo del país) hay una estimación bastante cercana de cuánto será el ingreso. Eso nos permite a nosotros planificar a mediano y largo plazo", indica el director de Fonafifo.

Con esa planificación se hacen contratos por cinco, diez y hasta 16 años para la conservación de los bosques y se mantiene el compromiso con los dueños, que en su mayoría tiene fincas pequeñas y medianas.

Una clave adicional es que el intercambio económico no se ve como una "regalía" por una buena causa, sino como un pago por un servicio obtenido.

"Ahora se reconoce por los servicios ambientales que genera, de los cuales nos beneficiamos todos los ciudadanos del mundo, pues los árboles capturan CO2, gran responsable del calentamiento global", señala Rodríguez.

Amplio apoyo político

El presidente de Costa Rica celebra el premio Earthshot por labor de  conservación -

Además de tener una fuente de ingresos constante y una planificación adecuada, otra de las pistas para entender el éxito de Costa Rica en este campo parece ser el apoyo de distintos gobiernos.

Al principio no fue fácil, contó el exministro Carlos Manuel Rodríguez al medio costarricense La Nación.

"Costó mucho impulsar el programa en aquel momento", dijo.

"Pasados varios gobiernos, ha trascendido a las distintas administraciones, y estas han sabido adueñarse de los PSA y llevarlos adelante al margen de diferencias políticas", precisa Rodríguez, quien lideró la creación del programa en el país y lo empezó a implementar en 1998.

Inversión insuficiente

El programa invierte entre unos US$24 y $30 millones anuales en el pago económico a los productores que deciden resguardar el bosque, pero eso solo alcanza para atender el 20% de las solicitudes que recibe cada año.

"La inversión es importante, pero es totalmente insuficiente", se queja Rodríguez.

"Si quisiéramos atender el universo (toda la demanda), tendríamos que tener un presupuesto cinco veces superior para pagar los mismos montos. Pero también es cierto que nosotros quisiéramos pagarles más a los productores", observa.

Los retos para sumar más hectáreas protegidas se han hecho más profundos en los últimos años.

No tanto por falta de compromiso directo con el medio ambiente, sino por una serie de decisiones fiscales que tienen a Costa Rica sumida en una constante presión económica internacional.

Un hueco fiscal amenazante

Aunque la noticia del premio ha puesto a saltar de alegría (literalmente) a sus impulsores, otros líderes políticos recuerdan que el sistema de PSA está en un punto crítico en el que ha enfrentado recortes al presupuesto y una disminución de nuevos beneficiarios en los últimos años.

La cantidad de dinero que recibe el programa de conservación debería ser constante, pero la ley determina que cuando la deuda del país es superior al 50% del PIB, el Ministerio de Hacienda puede redirigir esos recursos a atender otras necesidades del gobierno, explica Rodríguez.

Y así ha sido durante ya varios años.

"La situación fiscal del país es crítica. Alarmante. Hubo ya recortes importantes para los PSA", cuenta el director de Fonafifo.

La consecuencia por ahora la sufren quienes quieren entrar en el programa como nuevos oferentes.

Según cifras publicadas en el sitio web oficial de los PSA, esas nuevas oportunidades se redujeron a la mitad en los últimos diez años.

Por ejemplo, la cantidad de nuevos beneficiarios del programa pasó de 1.120 en 2010 a 603 en 2020. Y mientras en 2010 se sumaron 70.250 hectáreas, en 2020 sumaron solo la mitad (35.463).

Según Rodríguez, la prioridad de la institución ha sido conservar el compromiso con los 6.000 contratos que ya están dentro del esquema. Lo que queda, se dedica a proteger hectáreas nuevas.

"Los recursos no comprometidos para hectáreas nuevas cada vez son menos por esos recortes presupuestarios. Si veníamos trabajando en 50 mil hectáreas por año nuevas, este año van a ser 10 mil y así hasta que no nos asignen más recursos", detalla.

Este año, el recorte al presupuesto para la protección de bosques fue de un 33% en comparación con 2020, según La Nación.

Además, con la disminución del uso de los hidrocarburos para el transporte, el programa también perderá recursos, ya que gran parte de su financiación viene del mencionado impuesto a la gasolina y otros hidroocarburos.

Otros recursos

Ese panorama ha obligado al gobierno de Costa Rica a buscar otros fondos.

Rodríguez lista tres de los más importantes:

Fondos del Banco Mundial y del Fondo Verde para el Clima, por US$60 millones y $54 millones respectivamente.

Un impuesto sobre el uso del agua, que se destina directamente a fincas que protegen las fuentes hídricas.

Otros recursos vienen del sector privado, que compra toneladas de CO2 mitigadas por los bosques de Costa Rica porque ya no las pueden reducir por sí mismos. Este es un esfuerzo "incipiente" que les genera unos US$500 mil al año.

Rodríguez considera elemental esta diversificación hasta que el país supere su problema fiscal.

Si los productores no reciben estos ingresos, lo primero que harán será "empezar a cortar los árboles de mayor calidad", advierte.

Eso tiene un impacto ambiental, pero también económico, pues el turismo visita el país por su belleza escénica, que es parte de la esencia de uno de los países más felices del mundo.

Fuente: BBC Mundo 

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