Con una orografía, repleta de montañas y frondosos bosques que propicia la existencia de miles de cataratas, es difícil decidir cuáles son las más bonitas del país o las que merece la pena visitar, ya que todas tienen su encanto.
En lo que coinciden las elegidas es que son lugares ideales para pasar un día de aventura disfrutando de una excursión a pie o a caballo hasta estos fabulosos saltos de agua, donde, en algunos casos, está permitido el baño.