Tanto hombres como mujeres necesitan la testosterona para manatner un bienestar integral. Por eso es importante comprender que hay un punto en nuestras vidas en los que los niveles de esta hormona disminuyen pero también que hay tratamientos seguros y eficientes para solventar esa caída.
Desgraciadamente, nuestros niveles de testosterona bajan con los años. En hombres tiene su pico en torno a los 20 años y empieza una caída más o menos brusca desde los 30. En mujeres también decae y a los 40 años una mujer tiene menos de la mitad de los niveles que a los 21. Esto lo notamos en ambos sexos.
A nivel sexual, con la bajada de los niveles de testosterona notamos que nuestro deseo sexual baja, se pierden las erecciones nocturnas, puede aparecer la disfunción eréctil, la sensibilidad genital baja, se tiene sequedad vaginal con el consiguiente dolor en las relaciones, aparece anorgasmia, la vagina y musculatura genitourinaria se atrofia, el pecho se cae, el vello genital se debilita, la fuerza y la resistencia disminuyen con el consiguiente deterioro del desempeño sexual.
Reponer nuestros niveles de testosterona a valores óptimos, esto es, los de un hombre o mujer joven, revierte todos estos cambios y mejora esta sintomatología. Sinceramente, la ciencia no ha encontrado un suplemento que pueda conseguir esto; ha habido muchos candidatos en este tiempo que se han evaluado y que proponían aumentar los niveles de testosterona, pero no han tenido éxito.
El aporte de testosterona bioidéntica, esto es, molecularmente igual a la que nuestro cuerpo ya no es capaz de producir bien, y ver cómo los niveles suben al rango óptimo y cómo la clínica mejora es la forma adecuada de hacerlo. Eso sí, hay que hacerlo bien, con un equipo médico experto en terapia de optimización hormonal, con formación contínua y de vanguardia.
Muchos se preguntan: ¿tan importante es tener una buena vida sexual? ¿Solo para eso merece la pena aportar testosterona? Las respuestas a estar preguntas son, en orden: SÍ y NO. Por supuesto que es importante tener una buena vida sexual, es un ámbito fundamental del ser humano y un componente igualmente relevante de nuestra calidad de vida percibida.
Además, hay muchísima evidencia que relaciona una vida sexual satisfactoria con multitud de beneficios de salud, desde mejoría de cuadros anímicos a disminución de mortalidad por todas las causas, pasando por bajar el riesgo de cáncer de próstata, regular ciclos menstruales o mejorar el control de orina. Y no, los beneficios de la testosterona no se limitan, para nada, a la esfera sexual.
La testosterona es una hormona anabólica, esto es, crea tejido, proteínas, fundamentales para tus huesos, piel y músculos. Disminuye la posibilidad de desarrollar osteoporosis o sarcopenia y mejorando de paso nuestro aspecto.
Otros de sus grandes efectos son:
Mejora fuerza, resistencia y recuperación tras el ejercicio
Ayuda a la quema de grasa y disminución de la grasa visceral
Baja el colesterol LDL (malo) y aumenta el HDL (bueno)
Mejora el perfil de glucosa al mejorar la resistencia a la insulina
Mejora la memoria, cognición, foco, asertividad, seguridad de carácter
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