UN EQUIPO DE ASTRÓNOMOS HA REALIZADO NUEVAS SIMULACIONES QUE ADELANTAN LOS CÁLCULOS SOBRE EL FIN DEL SISTEMA SOLAR
Desde hace siglos, los científicos han tratado de descifrar cuándo ocurrirá el destino final del Sistema Solar. Nuevas simulaciones realizadas por astrofísicos han revelado ahora que el Sistema Solar desaparecerá mucho antes de lo que se pensaba, antes incluso que la muerte del Sol.
Los astrónomos Jon Zink, de la Universidad de California; Konstantin Batygin, de Caltech, y Fred Adams, de la Universidad de Michigan, han publicado un artículo en la revista The Astronomical Journal en el que exponen sus nuevos cálculos.
En 1999, los astrónomos predijeron que el Sistema Solar se desmoronaría lentamente durante un periodo de al menos un trillón de años, basándose en el tiempo que tardarían las resonancias orbitales de Júpiter y Saturno en desacoplar a Urano. No obstante, Fink y su equipo aseguran ahora que este cálculo omitió algunas influencias importantes que podrían alterar antes el Sistema Solar.
Según explican en su artículo, que recoge Science Alert, en unos 5.000 millones de años, el Sol se convertirá primero en una estrella gigante roja, que atrapará a Mercurio, Venus y la Tierra. Luego expulsará casi la mitad de su masa al espacio, y la enana blanca restante será un 54% de la masa del Sol actual. Al perder masa, también se alterará el control gravitacional del Sol sobre los planetas restantes, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
El segundo factor a tener en cuenta, sostienen los investigadores, es que aproximadamente una vez cada 23 millones de años, otras estrellas deberían se acercan lo suficiente al Sistema Solar como para perturbar las órbitas de los planetas. "Al tener en cuenta la pérdida de masa estelar y la inflación de las órbitas de los planetas exteriores, estos encuentros serán más influyentes", aseguran.
Con el tiempo, prosiguen los astrónomos, algunas de estas estrellas "se acercarán lo suficiente como para disociar o desestabilizar los planetas restantes". El equipo de Fink tuvo en cuenta estas influencias adicionales en sus cálculos para ejecutar hasta 10 simulaciones, divididas en dos fases: hasta el final de la pérdida de masa del Sol y la fase posterior.
En la primera fase, una vez que el Sol se convierte en una enana blanca, los planetas más lejanos como Júpiter y Saturno verán agrandada su órbita, aunque permanecerán relativamente estables, de tal modo que por cada cinco veces que Júpiter complete una vuelta al Sol, Saturno lo hará dos veces. Sin embargo, la expansión de las órbitas provocarán que el sistema sea más susceptible a las perturbaciones de las estrellas que pasen más cerca.
Así, 30.000 millones de años después, estas perturbaciones estelares crearán el caos en las órbitas de los planetas, que, salvo uno, pasarán a convertirse en planetas rebeldes vagando por la galaxia, exponen los científicos en el artículo.
Ese último planeta solitario permanecerá orbitando durante otros 50.000 millones de años, pero con el tiempo se verá también influenciado por la gravedad de otras estrellas y se saldrá de la órbita del Sol. En última instancia, señalan los autores, después de que el Sol se convierta en una enana blanca, el Sistema Solar ya no existirá.
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