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Putin y su hermética vida privada

Es raro que en Rusia se hable de la familia de Vladímir Putin y más raro aún que el mismo presidente se refiera a ella. Pero recientemente, el 11 de agosto, con motivo de haberse registrado la primera vacuna rusa contra la covid-19, fue precisamente Putin el que la nombró, al comentar que una de sus hijas la había probado. El líder ruso señaló entonces que esta había tenido un poco de fiebre pero ninguna complicación mayor.

El comentario de Putin puso de nuevo sobre la mesa el secretismo que rodea a la familia del líder ruso. Esta vez, el presidente levantó de nuevo solo unos centímetros el velo que envuelve a sus cercanos y ni siquiera especificó a cuál de sus dos hijas, Masha (diminutivo de María) o a Katia (Yekaterina, correspondiente al español Catalina), formaba parte del pequeño grupo de voluntarios a los que se inoculó la vacuna durante la segunda fase clínica (ahora, después de registrada, está en su tercera y última etapa durante la que debe probarse en decenas de miles de personas).

Masha —nacida el mismo año de la perestroika de Mijaíl Gorbachov, en 1985, cuando Putin estaba en el KGB de Leningrado (su ciudad natal, hoy San Petersburgo)— es médica endocrinóloga y la segunda, Katia, investigadora con fama de deportista. De acuerdo con algunas informaciones el nombre que usa la primogénita es María Vorontsova, casada con un ciudadano holandés, Jorrit Faassen, empresario que trabajó en el gigante gasístico Gazprom. La pareja vive en el ático de un privilegiado rascacielos de Moscú y son padres de un hijo nacido en 2002. Además de este nieto, Putin tiene otro nacido en 2017. De uno de ellos habló el presidente ruso en la serie de entrevistas que le hizo el célebre y polémico director estadounidense Oliver Stone.

Katia, nacida un año más tarde en Dresde, adonde el KGB destinó a Putin, es según los kremlinólogos Yekaterina Tíjonova, investigadora que encabeza un programa de inversiones en la Universidad de Moscú. Los observadores especulan que también podría haber sido ella una de las voluntarias de la Spútnik V —como se ha bautizado a la vacuna—, porque aunque no es médica es, además de científica, también deportista y como tal goza de excelente salud. El deporte que practicaba profesionalmente Katia era el rock acrobático y hay fotos de Yekaterina Tíjonova participando en campeonatos con Iván Klímov. La pareja de deportistas obtuvo medalla de plata en el campeonato de Rusia de 2014.

 

En su tiempo, hubo más de una confirmación de que Tíjonova es la hija menor del líder ruso, pero casi inmediatamente después llegaron los desmentidos y el portavoz de Putin, Dmitri Peskov, preguntado al respecto respondió no conocer la genealogía de Yekaterina Tíjonova. De ella se sabe, además, que ha sido esposa del multimillonario Kiril Shamálov (se habrían casado en 2013 y separado en 2018). Se ha escrito que si Putin pudo haber impuesto el secretismo a sus hijas cuando estudiaban, difícilmente continuarían en la sombra si ellas mismas no lo quisieran y consideraran conveniente.

A Ludmila, la esposa de Putin y madre de Masha y Katia, tampoco le gustaba estar en el foco público y prefería un bajo perfil como primera dama dedicada principalmente a cuestiones culturales y de beneficencia. Después de que se anunciara su divorcio y se volvió a casar, prácticamente ha desaparecido.

Su apellido de soltera era Shkrébneva, fue azafata, estudió español en la universidad, después enseñó alemán. Se casó con Putin en 1983 y 30 años más tarde se divorciaron. El anuncio lo hicieron de manera conjunta y públicamente durante el estreno del ballet Esmeralda de Cesare Pugni. En 2016 la prensa informó de su nuevo matrimonio, esta vez con Artur Ocheretni, 20 años menor que ella. El Kremlin se ha abstenido de hacer comentarios al respecto. Desde entonces aparentemente solo una vez ha sido vista con su nuevo marido: sucedió a fines de marzo de 2017 en el aeropuerto londinense de Heathrow.

De Putin se sabe mucho más que de su familia, pero su vida privada continúa envuelta en el misterio. Se le han atribuido una serie de relaciones con diversas mujeres —entre las que ha habido dos bailarinas, una boxeadora, una cantante de ópera y una espía fracasada—, pero la que más figura como su novia es la gimnasta Alina Kabáyeva, y según algunos medios con ella ha tenido uno o más hijos. Todas estas noticias han sido desmentidas oficialmente. Pero lo que prácticamente nadie duda es que tiene pareja, pues el mismo Putin lo dio a entender respondiendo en diciembre de 2014 a la pregunta de si tenía tiempo para su vida privada. En aquella ocasión dijo que en ese plano “todo está en orden” y relató que después de su divorcio un alto funcionario europeo le preguntó si alguien lo amaba y si él a su vez amaba a alguien, a lo que respondió afirmativamente.