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Donald Trump, acorralado: los cuatro factores que pronostican su derrota

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Tres encuestas y unas cuantas estadísticas podrían explicar una explosiva semana en Washington en la que el presidente Donald Trump volvió a ser protagonista en medio de la grave crisis que viene causando el coronavirus en este país y que dejan claro que su fin último parece ser el electoral.

El primer sondeo es la muestra más reciente de Gallup en la que se confirma que su popularidad viene en caída libre. De acuerdo con esta, la aprobación del presidente se desplomó seis puntos porcentuales en estas últimas dos semanas. De un 49 por ciento, el pico más alto de toda su presidencia (mediados de marzo), a un 43.

Se trata, según Gallup, del descenso más agudo que registra Trump en los tres años que lleva en la Casa Blanca. Y, en gran parte, se debe a una disminución del apoyo entre los ‘independientes’, que ahora se ubica en el 39 por ciento.

La misma encuesta revela que hay una impresionante caída en el nivel de satisfacción del público estadounidense por el estado actual de las cosas. Un número que por lo general está atado al desempeño del primer mandatario.

De acuerdo con Gallup, solo el 35 por ciento del país está complacido con el rumbo de la situación, una diferencia de 12 puntos frente al que pensaba lo mismo a comienzos de marzo (47 por ciento).

Entre los mismos republicanos esa caída es de 17 puntos (60 por ciento satisfechos), y 14 entre los independientes (24 por ciento). De acuerdo con la firma, esos niveles de insatisfacción solo se han registrado en otras dos ocasiones en los últimos 20 años: en el 2008, luego del estallido de la crisis financiera, y en el 2016 tras una serie de tiroteos en el país que dejaron decenas de muertos.

Según Gallup, ambas mediciones están atadas a una percepción pública que se ha tornado negativa frente al manejo que Trump le ha dado a la crisis y coincide con una serie de reportes según los cuales el presidente minimizó la amenaza de la enfermedad y actuó con lentitud a la hora de frenar su propagación.

"La actual crisis económica y de salud es sin duda el reto más grande de su presidencia y podría amenazar sus chances de reelección", sostiene Gallup. Trump, por supuesto, lo tiene muy presente.

Algo que ya se está viendo en los sondeos donde se le compara con Joe Biden, el candidato que han elegido los demócratas para enfrentarlo en las presidenciales de noviembre.

De acuerdo con el más reciente sondeo de The Economist y Yougov, el exvicepresidente Biden le saca 5 puntos a Trump (48 vs. 43). Se trata de una diferencia que se ha mantenido constante en los últimos cuatro meses y que tampoco favorece al presidente.

Larry Sabato, del Centro Electoral de la Universidad de Virginia, afirma que ningún presidente de la historia reciente ha logrado ser reelecto con cifras de popularidad inferiores al 46 por ciento en los meses previos a los comicios.

A esas encuestas se sumaron también esta semana una serie de cifras nada halagadoras y que de alguna forma recaen en Trump, así no tenga una responsabilidad directa.

El desempleo acosa

Entre ellas las de desempleo, que esta semana llegaron a niveles nunca antes vistos desde la Gran Depresión de 1930. Más de 22 millones de estadounidenses han perdido sus trabajos, lo cual quiere decir que ya se evaporaron todos los cargos que se habían creado desde la recesión del 2008.

Los analistas predicen que, si bien es posible una recuperación parcial de aquí a las elecciones, la economía no volverá a un buen momento antes del 2022.

Malas noticias para Trump pues las cifras económicas, que durante estos tres años vieron mejorías, eran su principal arma de combate en la campaña electoral.

Pero no solo fue eso. Aunque el presidente ha venido diciendo que la pandemia ya se ha estabilizado en EE.UU., esta semana los números de muertos y contagios volvieron a dispararse. Tanto, que las autoridades tuvieron que correr el llamado ‘día pico’ para EE. UU., supuestamente previsto para el pasado 10 de abril.

El total de muertos, de hecho, se acercaba este fin de semana a los 40.000 en solo mes y medio (el mismo número de fatalidades de EE. UU. en la guerra de Corea, 1950-1953) y los contagios a casi 800.000.

Solo en esta última semana, el coronavirus, por primera vez, mató a más gente en el país que el cáncer y las enfermedades cardiacas, hasta ahora los dos males que causaban más decesos.