Cuando el brote del nuevo coronavirus obligó a guardar cuarentena, la mayoría de la gente se aisló en sus hogares o se fue a sus casas de campo, mientras que los más adinerados prefirieron aislarse en sus islas privadas o incluso en búnkeres, cuya venta en Estados Unidos se ha disparado debido a la pandemia, reporta The Verge.
Solamente en xPoint, una base militar abandonada en Dakota del Sur, vende como mínimo uno al día.
"La gente pensaba que estábamos locos, porque nunca creían que les pudiera pasar algo así. Ahora lo están viendo. Todos lo creen", cuenta Robert Vicino, dueño de la compañía Vivos, especializada en la venta de búnkeres.
Muchos clientes adquieren estas viviendas, no tanto para sobrevivir al periodo de la pandemia de coronavirus, sino para protegerse de sus consecuencias, explican. Otros, los más pesimistas, creen que el apocalipsis va a llegar y tener un búnker les proporciona una cierta sensación de control y de seguridad.
Sin embargo, casi nadie pueden permitirse una casa así. La empresa Vivos tiene campus de supervivencia en Dakota del Sur e Indiana, donde un búnker cuesta alrededor de los 35.000 dólares. En Europa, el precio de un búnker empieza en los 2 millones de dólares.
Algunos empresarios empezaron a construir búnkeres en Europa y en Estados Unidos durante la Guerra Fría, cuando el miedo a un conflicto nuclear oprimía el corazón de la gente. Hoy en día también gozan de popularidad entre quienes quieren protegerse de posibles catástrofes.