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El tenor Plácido Domingo pretendía pagar 500.000 dólares para atenuar el impacto del informe que le acusaba de comportamiento indebido con mujeres. Una noticia que lo hunde más. 

Así lo destaca un artículo presentado por diario El Mundo de España. 

Hasta hace unos días todavía le quedaba el calor del público en casa. El martes, la publicación de una investigación por parte del sindicato de músicos de ópera de EEUU (AGMA) dando cuenta del "flirteo" y las "proposiciones sexuales dentro y fuera del ámbito de trabajo" de Plácido Domingo le obligó a entonar el mea culpa. Ahora también le han dado la espalda en su propio terreno.

No le quieren en el Teatro de la Zarzuela ni en el Palau de las Arts de Valencia ni volverá a cantar -presumiblemente- en el Teatro Real, en un episodio que no solo ha amenazado de muerte su carrera como cantante sino que ha destapado los requiebros turbios a los que recurrió para tratar de salvar su imagen.Según fuentes citadas por el diario The New York Times, Domingo estaba en conversaciones para pagarle 500.000 dólares a la AGMA y limitar así los detalles y las declaraciones del informe que se hizo público el martes.

En él se llega a la conclusión de que la estrella de la ópera abusó de al menos 27 mujeres durante su etapa como director de la Ópera Nacional de Washington y la de Los Ángeles. Ese "comportamiento indebido" se prolongó durante dos décadas.Sin embargo, el acuerdo se vino abajo después de que los detalles de la investigación se filtraran horas antes y vieran la luz, según figura en el correo electrónico de uno de los jefes del sindicato al que tuvo acceso el Times."Con base en esta flagrante violación de la confidencialidad, el abogado de Domingo ha retirado el acuerdo, que se basa expresamente en la promesa de AGMA de mantener la confidencialidad sobre los detalles del informe de la investigación", asegura un email que fue firmado por Leonard Egert, el director ejecutivo del sindicato y por su presidente, Raymond Menard.

Hubiera sido la multa más grande impuesta por el sindicato, según reconoció AGMA en un comunicado, aunque nunca una forma de soborno "a cambio del silencio de AGMA o como un acuerdo secreto", un asunto que los representantes de Domingo tampoco han querido confirmar ni desmentir. Nancy Seltzer, la portavoz del tenor en EEUU, reconoció al Times que seguían las negociaciones con el sindicato e indicó a EL MUNDO que no tenía nada más que añadir a lo expresado por Domingo en su comunicado del martes enviado a la agencia Associated Press (AP), la misma que destapó el escándalo en agosto de 2019."En los últimos meses he tenido tiempo para reflexionar sobre las acusaciones que han hecho contra mí varias de mis colegas", dijo el cantante de 79 años.

"Respeto el hecho de que estas mujeres finalmente hayan tenido el valor de denunciar y quiero que sepan que estoy verdaderamente arrepentido del daño causado. Asumo completamente la responsabilidad por mis actos y he crecido a partir de esta experiencia".El suyo fue un discurso muy distinto a su primera reacción del verano pasado, cuando se autoexculpó tras haber sido acusado por nueve mujeres de abusos y tildó los hechos narrados por sus presuntas víctimas de "inexactos".

Llegó incluso a hablar de una campaña orquestada por la agencia AP para destruir su reputación con la segunda oleada de acusaciones, 11 mujeres más incluyendo a Angela Turner Wilson, una soprano con la que compartió escenario en Washington y que relató cómo Domingo le tocó los pechos en el camerino.El jueves, sin embargo, volvió a modificar su relato tras la avalancha de cancelaciones que se le vino encima y preocupado por haber dejado "una falsa impresión" con su primer comunicado. "Mi disculpa fue sincera y de corazón, pero sé lo que no he hecho y lo negaré nuevamente. Nunca me he comportado de forma agresiva con nadie, ni he hecho nada para obstruir o dañar la carrera de nadie. Todo lo contrario. He dedicado una gran parte de mi medio siglo en el mundo de la ópera a ayudar a la industria y a promover la carrera de un sinnúmero de cantantes".

LA VOZ DE LAS DENUNCIANTES

En Estados Unidos las disculpas iniciales provocaron cierta sensación de alivio entre sus víctimas. Patricia Wulf, la primera en acusar públicamente al tenor, lo interpretó como algo positivo. "Si es sincero en su disculpa, eso es fantástico", afirmó. "Todos sabemos que recientemente ha habido hombres que han acosado y han violado a mujeres que simplemente han desaparecido y nunca se han disculpado".También fue bien recibido por la soprano uruguaya Luz del Alba Rubio, que aprovechó la disculpa del cantante para denunciar el acoso al que le sometió en el pasado. Sucedió en Roma en 1999. Domingo la oyó cantar y la invitó a incoporarse a la Ópera de Washington, donde actuó en tres ocasiones. Entonces comenzaron las presiones del español, a base de llamadas constantes, besos y toqueteos que provocaron que ella lo rechazara una noche durante un ensayo en su apartamento.Después de eso, no la volvieron a contratar en Washington y "papeles que me había prometido nunca se materializaron". Casi 20 años más tarde, se ha sentido con el suficiente respaldo como para contarlo.

Wulf quiere ir más allá. Está convencida de su derecho a conocer todos los detalles de la investigación y ha manifestado su descontento con la postura del sindicato de no hacerlos públicos por ahora. Su comunicado fue escueto y se limitó a señalar que trabajarán para que situaciones así no se vuelvan a producir."Tengo derecho a ver ese informe", dijo Wulf a la cadena de radio NPR. "Todos merecemos ver el informe al completo.

Creo que AGMA está tratando de esconder el reporte y debe dar un paso al frente y proteger a la gente de esta clase de depredadores". El sindicato, por su parte, se ha escudado en lo difícil que fue lograr que las afectadas cooperaran con la investigación y en el miedo "real" a las represalias, por lo que les garantizaron absoluta confidencialidad.Debra Katz, la abogada de Wulf, indicó que el sindicato le ha fallado a las mujeres que representa. "En lugar de estar negociando un contrato favorable con él, deberían expulsarlo del sindicato. Y no lo están haciendo", aseveró.

Quién sí está estudiando poner punto y final a su relación con el tenor es la organización del Festival de Salzburgo donde actuó Domingo por primera vez tras estallar el escándalo. Aquella ovación tras cantar Luisa Miller, de Verdi, no fue una más en su extensa colección. Fue un respaldo importante una vez que plazas como Dallas, San Francisco y Philadephia ya habían tomado la determinación de no volver a trabajar nunca más con el madrileño.Después llegaron las más significativas, su desvinculación del Metropolitan de Nueva York, donde debutó con 27 años y actuó durante 51 temporadas, y de la Ópera de Los Ángeles que dirigió desde 2003. Desde esa compañía se originaron gran parte de las denuncias en contra de Domingo. Allí ya era vox populi la forma de comportarse del tenor durante años.

Había instrucciones incluso de no dejarle a solas con una mujer en un camerino para evitar situaciones desagradables. Y nadie quería denunciar por temor a perjudicar sus carreras. Todo eso podría quedar reflejado en los resultados de la investigación en la que lleva meses trabajando la Ópera Los Ángeles.A Domingo le queda la esperanza de actuar en ciudades donde aún no le han condenado por sus actos. Tiene citas previstas en Hamburgo -cantando Simon Boccanegra de Verdi-, un concierto en Lucerna (Suiza), otro en Bielorrusia, dos en Moscú, y actuaciones en Viena, Verona, Londres, Florencia, Munich, Milán, Colonia y Salzburgo.Lo que ya es seguro es que se quedará sin poder cantar La Traviata en mayo en el Teatro Real de Madrid, donde estaban todas las entradas vendidas para cuatro funciones, y que tampoco actuará el 14 y 15 de mayo en el Teatro de la Zarzuela para conmemorar los 50 años de su debut, en una decisión que comunicó el ministro de Cultura y Deportes, José Manuel Rodríguez Uribes. "Hasta ahora la situación era diferente, había una presunción de inocencia", expuso. Domingo iba a cantar Luisa Fernanda.Él mismo es consciente de la dificultad de llegar a completar ese ambicioso calendario de conciertos con el panorama que tiene por delante. Ya ha dicho que renunciará a ellos si supone un problema para los teatros y compañías con las que aún tiene contrato. Nadie sabe a ciencia cierta cuántos conciertos más le quedan a su agonizante carrera.

Fuente: Diario El Mundo España 

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