Esta semana, los medios estatales chinos informaron el despido del jefe del Partido Comunista de la Comisión de Salud en la provincia más castigada de Hubei, Zhang Jin, y su director Liu Yingzi, como castigo por su negligencia. Ambos han sido sustituidos por Wang Hesheng, subdirector de la Comisión Nacional de Salud de China.
Junto a ellos, fueron “penalizados” 337 funcionarios en Hubei, seis de ellos despedidos por “incumplimiento del deber”. También fueron cesados varios cargos de Cruz Roja en Hubei, tras la ola de críticas de la población a la respuesta al virus, de las que tampoco se ha escapado el presidente, que permaneció alejado de la luz pública durante varios días antes del último repunte del número de afectados.
Es que el gobierno nacional entiende que hubo negligencia en la provincia de Hubei, más específicamente en la ciudad de Wuhan, epicentro del brote y donde se concentran la mayor cantidad de muertos. De hecho, hay un insólito episodio que demuestra lo tarde que reaccionaron y cómo su accionar podría haber facilitado la propagación de la enfermedad.
Hoy se conoció que el presidente chino Xi Jinping, dio la primera orden de contención a gran escala del brote de coronavirus en la ciudad de Wuhan el pasado 7 de enero, según un discurso publicado este fin de semana por los medios oficiales chinos tras conocerse los ceses de numerosos altos cargos locales por su lentitud en la respuesta al origen de la epidemia.
De acuerdo con el discurso, el presidente chino ordenó el 7 de enero “requerimientos para impedir y controlar el nuevo brote de coronavirus” ante una reunión del Politburó, el máximo órgano del Partido Comunista.
Por aquel momento, el coronavirus ni siquiera había sido identificado públicamente como tal. Hasta entonces se tenía constancia de solo 59 “casos de neumonía”, siete en estado grave, y 121 personas en cuarentena, según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud publicadas en esos días en esos días.
A pesar de la orden de Xi, los responsables de Wuhan tardaron demasiado en reaccionar, hasta el punto de que el 18 de enero organizaron un banquete multitudinario para 40.000 familias en un intento de batir un récord mundial. Las autoridades nacionales entienden que ese insólito banquete, innecesario en el contexto de propagación de la enfermedad, pudo haber acelerado los contagios al punto de transformar la zona en una bomba de tiempo mundial.
Más muertos
El Ministerio de Sanidad de China ha elevado este domingo el balance del brote del nuevo coronavirus originado en la ciudad de Wuhan a 1.665 muertos y 68.500 contagiados.
Las autoridades sanitarias de China han confirmado 2.009 nuevos casos durante el sábado por el coronavirus y 142 muertes, de las que 139 fueron en la provincia de Hubei, donde se encuentra Wuhan, dos en Sichuan y una en Hunan. También, se han registrado 1.918 nuevos casos sospechosos del virus y durante el sábado 219 pacientes pasaron a estar en estado grave, mientras que 1.323 personas recibieron el alta del hospital.
Según el Ministerio de Sanidad chino, en total 11.272 pacientes se encuentran en estado grave por el coronavirus, mientras que 8.228 son sospechosos de poder estar contagiados por el virus, además de que 9.419 personas han sido dadas de altas durante todo el brote.
Las autoridades sanitarias han afirmado que 529.418 personas han estado en contacto cercano con personas afectadas por el virus, de las que 158.764 se encuentran todavía bajo observación médica.
China ha hecho el balance también de sus regiones administrativas con estatus especial y ha indicado que hasta el sábado había 56 casos confirmados de coronavirus, entre ellos un fallecido, en Hong Kong, diez casos en Macao y 18 en Taiwán. Además, un paciente en Hong Kong, tres en Macao y dos en Taiwán han sido dados de alta tras su recuperación.
Aunque el epicentro del coronavirus está en Wuhan y la mayoría de casos se registran en China, se han detectado casos en otros países del sureste asiático, Europa y América. La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la emergencia sanitaria internacional a finales de enero y ha pedido a la comunidad internacional que redoble sus esfuerzos.
Los signos comunes de infección incluyen síntomas respiratorios, fiebre, tos y dificultades para respirar. En casos más graves, la infección puede causar neumonía, síndrome respiratorio agudo severo, insuficiencia renal e, incluso, la muerte.