En octubre de 2025, Isabel Preysler presentó su autobiografía Mi verdadera historia, en la que incluye una colección de ocho cartas de amor escritas por Mario Vargas Llosa durante su relación, así como una misiva de ruptura firmada por ella.
Qué revelan las cartas
• Las primeras cuatro cartas datan del inicio de la relación, y las últimas cuatro, de los últimos años juntos.
• En uno de los pasajes se lee: “Te quiero mucho, cada día más, y, ahora, además del apasionamiento casi adolescente que sentí por ti desde la primera vez que te vi… mi amor es también más sereno y profundo”.
• La carta de ruptura, fechada el 12 de diciembre de 2022, enviada por Preysler a Vargas Llosa, contiene frases como: “Mi casa no es un hotel en el que las personas van y vienen sin tener en cuenta a los demás… Por favor, manda a alguien a recoger todas tus cosas”.
Motivos de la publicación
Según Preysler, la decisión de hacer públicos estos escritos responde a que han surgido versiones que dicen que Vargas Llosa fue infeliz junto a ella, y ella desea “demostrar que él era feliz conmigo. Y yo también lo era”.
Línea del tiempo de la relación
• 2015: Inicia su relación pública con Vargas Llosa.
• 2015-2022: Años de vínculo, con visibilidad mediática en España y otros países.
• Diciembre de 2022: Preysler envía la carta de ruptura.
• 13 de abril de 2025: Fallecimiento de Vargas Llosa.
Repercusiones y lo que se dice en redes
• En redes sociales y portales de entretenimiento se destaca la mezcla entre “alta cultura” (el Nobel) y “prensa del corazón” (la socialité).
• Muchos usuarios han compartido fragmentos de las cartas como prueba de un romance que, según Preysler, fue auténtico.
• En plataformas como Instagram, la figura de Preysler se vio reforzada al presentarse como autora que “toma el control de su historia”.
• También han surgido críticas sobre la exposición de la vida privada del escritor, que en general mantenía bajo reserva su faceta personal.
Y este es el resumen. De la primera carta, fechada el 21 de marzo de 2015, a la última seleccionada (el 18 de febrero de 2022) el encabezamiento siempre es el mismo alternado: Isabel querida; Isabel querida, amor mío; Isabel, amor mío… Y, también, la despedida en la que siempre aparece la palabra amor o un “te quiero”. Y queda claro que se sentía ilusionado y feliz.
En las primeras hay incluso algo de temor a perderla y de asombro… “Una de mis pesadillas desde hace algún tiempo, es precisamente esa: que quedemos desconectados y no sepa dónde y cómo encontrarte” … “Nunca imaginé que me harías tanta falta, que, en tan poco tiempo, te hubieras vuelto alguien tan imprescindible y querido en mi vida”… “Yo nunca he estado tan seguro sobre nada como lo estoy contigo. Te quiero y nada me haría más feliz que pasar todo lo que me queda de vida a tu lado, adorándote y procurando hacerte feliz…. Qué revolución has causado en mi vida, amor mío”.
“Cuando menos lo esperaba, ocurrió lo que ocurrió y fue como si empezara a vivir de nuevo. Desde la noche maravillosa de la peletera (se refiere al primer beso, en febrero de 2015, cuando comenzó todo en el ascensor de la casa de Elena Benarroch), mi vida se llenó de juventud, de sueños, de deseos". Y también está presente el “descubrimiento”: “Amor mío, cada vez descubro en ti cosas bellas, delicadas, pequeños detalles que me llenan de admiración y de felicidad. Y pienso la impagable dicha que será vivir toda una vida a tu lado, descubriendo cada día uno de los tesoros y maravillas que hay en ti. Te quiero mucho y hoy te beso, en cámara lenta, en tus orejitas, en tus hombros, en las manos y en los pies…”.
Las frases que le dedica están llenas de halagos: las “orejitas que parecen dos signos perfectos de interrogación”; la “lucecita verde que asoma en el fondo de tus ojos”; “la suavidad sedosa de tu piel”; “tu linda silueta, tu cintura de avispa, tu manera de caminar, tus pasos como de danza”; “reinita de los delfines” … Piensa conseguir (con tanto amor y tanto mimo), que se vuelva “la mujer más intratable de toda la creación”. Y le hace saber que la extraña y que el mundo le “parece vacío y sin vida cuando no estás conmigo”.
“Me parece que hace siglos desde la última vez que te tuve desnuda en mis brazos, sintiendo latir tu corazón… Esta noche me reuniré contigo y te diré cosas hermosas y dulces al oído mientras te hago el amor”.
Y llega la sexta, de nuevo el día de su cumpleaños (18 de febrero 2019) y con el mismo mensaje: el tiempo vuela. “Ya cuatro años que estamos juntos. Se han pasado corriendo, como pasa el tiempo cuando uno es feliz. Y yo lo he sido y lo soy a tu lado, como no creo haberlo sido nunca antes. No recuerdo un periodo comparable, en el que, gracias a ti, he sentido que la vida tenía sentido, era bella, y valía la pena gozar de ella, y aprovecharla. Nunca antes he escrito con tanto entusiasmo, y sentido que todo, incluso las cosas más tri-viales, valían la pena y tenían un sentido".
También es el momento del agradecimiento que aparece reflejado tanto en la sexta carta como en la séptima (18 de febrero 2021). “Gracias amor mío por todo lo que me has dado y sé que me seguirás dando, esta alegría de vivir, de pequeñas felicidades en todo lo que hacemos y planeamos juntos”… “Gracias a ti, he sido muy feliz, más, creo, que en el resto de la vida. Ha sido mucho más fácil de lo que pensaba acostumbrarme a tu casa, a tu familia, y ha sido posible gracias a ti, a tu cariño, a tu delicadeza y a tu amor". Y no olvida tampoco agradecerle el haber podido seguir escribiendo mucho al “hacerme la vida fácil porque desde el primer momento comprendiste que mi trabajo es esencial".
Finalmente, llega la última carta seleccionada por Isabel: la octava. Es el anuncio de un “regalo” que no se pudo cumplir. Mario la escribió unos meses antes de la ruptura. Coincidiendo de nuevo con el cumpleaños de Isabel (18 de febrero de 2022).Le habla de la novela que está escribiendo para ella y “viene de muy atrás”… “Quiero ponerla a tus pies cuando la termine… Creo que será mi mejor libro y quiero dedicártelo con todo mi amor”… “Porque te quiero mucho y te querré siempre, hasta el último día. Ojalá estés conmigo en ese momento decisivo, en el que uno se despide de esta vida, rumbo a la otra (que no existe)”… “Siento que las fuerzas me van abandonando poquito a poco pero espero que no se vayan del todo mientras escribo esta novela que te dedicaré como testimonio de la felicidad que me has dado en estos años, y que, espero, me darás todavía en los que espero vivir a tu lado y queriéndote cada día más”.
Pero en las películas , novelas o la vida , a veces el amor se revuelca , conmueve , se renueva , agranda o se vuelta .
Eso ocurre cuando ella le envía una carta para despedirlo.
En ella, Preysler remite a los años felices que vivieron para evidenciar que su relación ya “no se parece en nada a la que teníamos al principio de los casi ocho años que llevamos juntos”. Han perdido la ilusión, la complicidad, y la alegría y al no haber intereses en común (matrimonio, hijos) la mejor decisión es romper. Es el peso de la rutina en el día a día, pero también (como le hace saber) el asombro que le produjo su “ridícula escena de celos” después de una fiesta, “porque, a nuestra edad y en nuestro caso, las escenas de celos infundados están totalmente fuera de lugar y dan hasta vergüenza”.