El baloncesto internacional se sacude con el caso de Jarred Shaw, un ala-pívot estadounidense de 35 años y 2,11 metros, que pasó de ser campeón en la liga de Indonesia a estar tras las rejas y enfrentar una condena que podría costarle la vida.
Formado en Utah State University y con experiencia en países como México, Uruguay, República Dominicana, Argentina, Líbano, Túnez e Indonesia, Shaw es considerado un auténtico trotamundos del básquet. En la actual temporada militaba en los Tangerang Hawks, hasta que su club lo suspendió y la IBL lo expulsó tras conocerse su detención por tráfico de drogas.
El jugador sufre la enfermedad de Crohn, una dolencia inflamatoria incurable que le provoca dolores severos en el tracto digestivo. Según confesó, utilizaba cannabis con fines terapéuticos para sobrellevar los síntomas.
A principios de año, importó desde Tailandia un paquete con 132 caramelos de marihuana (869 gramos) por un valor de 400 dólares. Pero el envío, que él describió como una “práctica rutinaria”, resultó ser parte de una operación encubierta: quienes entregaban el paquete eran 10 policías disfrazados.
Desde entonces, el exjugador de la G-League se encuentra en prisión preventiva.
“Cometí un error estúpido. Tengo una enfermedad inflamatoria incurable y aparte del cannabis no hay medicamento que me alivie. Soy un enfermo, no un narcotraficante”, declaró a The Guardian desde prisión.
Riesgo máximo en Indonesia
La situación de Shaw es crítica, ya que Indonesia mantiene una política de tolerancia cero con las drogas. En 2016, el país ejecutó por fusilamiento a cuatro personas —entre ellas tres extranjeros— condenadas por tráfico.
“Seguimos investigando para descubrir la red internacional de drogas que está detrás del caso”, señaló Ronald Sipayung, jefe de policía del aeropuerto de Soekarno-Hatta, en una rueda de prensa en la que el jugador fue presentado esposado y vestido de naranja, en una imagen calificada por las autoridades como “ejemplarizante”.
El partido más difícil de su vida
Campeón en 2023 con Prawira Bandung y con más de mil puntos anotados en la liga indonesia, Shaw enfrenta ahora un juicio que podría derivar en cadena perpetua o en la pena de muerte.
“Lo que ellos consideran droga, yo lo considero medicina. Son culturas diferentes”, expresó el jugador.
El futuro de Jarred Shaw, quien nunca llegó a la NBA, se juega ahora en los tribunales.
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