Una conexión real empieza cuando dejamos de mirar la pantalla y volvemos a mirarnos a los ojos, escucharnos, abrazarnos, conversar y sonreír juntos; para lograrlo, hay que desconectarnos de la tecnología con el fin de volver a conectarnos con nuestros hijos e hijas.
Para lograrlo, el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) propone que las familias establezcan espacios físicos y horarios libres de celulares, computadoras, tabletas y otros aparatos tecnológicos; y lo sustituyan con su presencia y con juegos de jackses, crayolas, cuerdas, sopas de letras, rayuela y otros que desarrollan las áreas físicas, cognitiva, socioemocional, lenguaje, sensorial y motora de los niños y niñas.
Natalia Rodríguez, Unidad Móvil del PANI en Heredia indicó que: “Padres y madres deben tomar conciencia sobre el tiempo que sus hijos e hijas pasan en las pantallas. Las infancias y adolescencias, basadas en pantallas, no están siendo del todo saludables para esos cerebros en desarrollo. Ellos y ellas deben tener experiencias de calidad, con espacios para crecer y desarrollarse de manera saludable, a través del juego, las interacciones sociales, vivir al aire libre y el aprendizaje social y emocional. Esto no lo dan los dispositivos electrónicos”.
Los niños y las niñas necesitan experiencias en entorno reales para poder conectar de manera real. Cada vez que apagamos una pantalla, encendemos la mirada, la mirada que nunca podrá darnos el internet o un dispositivo electrónico. Esta es una conexión real, que es indispensable para crecer y desarrollarnos de manera saludable”, agregó.
Las principales asociaciones pediátricas indican que el uso excesivo de dispositivos electrónicos podría estar asociado a dificultades para concentrarse, dormir, relacionarse, visión, sedentarismo, postura y dificultad para controlar impulsos y regular las emociones. Asimismo, en el entorno digital, las personas menores de edad están expuestas a ciberacoso, sexting, grooming, sextorsión, suplantación de identidad, fraudes y hasta el uso ilegal de la inteligencia artificial.
“Desconectar para conectar” es una propuesta que el PANI hace a las familias con base en un proceso socioeducativo, desarrollado por la Unidad Móvil de Sarapiquí y Heredia Norte, con 25 mujeres con el fin de garantizar el adecuado acompañamiento a sus hijos e hijas en los entornos digitales.
Ellas lideraron el experimento social (video anexo) y visitaron centros comerciales, paradas de buses, parques de Heredia y compartieron sobre la importancia de los espacios libres de tecnología, la presencia de padres y madres y los juegos tradicionales para propiciar el vínculo familiar.
La Presidenta Ejecutiva, Kennly Garza comentó que “En el 95 aniversario del PANI promovemos que la familia se desconecte del teléfono celular, la tableta, la pantalla y, en cambio, busque un espacio en la rutina diaria para conectar con los hijos e hijas, cultivar y fortalecer el vínculo”.
La tecnología es parte de la vida de los niños, niñas, adolescentes y las familias y es una herramienta muy valiosa para su desarrollo; sin embargo, nunca puede sustituir el mundo real, el vínculo, el afecto, las relaciones y la presencia de padres y madres.
