El defensor del Sevilla de España, Kike Salas, esta siendo investigado por las autoridades españolas por unas presuntas apuestas ilegales.
En un informe del Centro Nacional Policial por la Integridad en las Apuestas y el Deporte (Cenpida), al que el diario El Confidencial tuvo acceso, detalla que el jugador utilizó identidades falsas y se coordinaba con sus amigos para forzar tarjetas amarillas.
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En el mismo se indica que el futbolista, de 23 años, avisaba a sus amigos cuándo recibiría amonestaciones para que apostaran a su favor, así lo hizo en al menos cinco partidos de la temporada 2023-2024 de Primera División.
En la investigación también hallaron mensajes por WhatsApp entre Salas y amigos, en las que se puede notar muy bien su participación activa en esas maniobras. De hecho en uno de los chats, se puede ver como el jugador se mensajeó con su amigo César G., alias ‘Richii’: “Le metió 50 a Ayoze y a Isco, a muerte, en la cuenta de Flopi. Jajaja”.
También los implicados llegaron a comentar las dificultades que encontraban para realizar apuestas en distintas casas, ya que estas tenían un límite de ingreso: “¿Solo deja 150 en el Bet? Bueno, Betfair es lo mismo, ¿no?”.
En los hallazgos también queda claro que Salas utilizaba cuentas de terceros y hacía transferencias a sus amigos para que formalizaran las apuestas.
Entre los cosas que levantaron sospechas esta el partido ante Las Palmas el 14 de abril de 2024, cuando su amigo apostó cinco veces a su amonestación y ganó todas. En el minuto 73, el defensor cometió una falta sin sentido y se presume que era para recibir la amarilla pactada. Esto mismo ocurrió en los juegos ante Villarreal, Cádiz, Athletic o Barcelona.
En el caso del duelo ante el Villarreal, César G., apostó más de 500 euros y obtuvo 1.347,00. Luego del partido, Salas le preguntó por el reparto del dinero: “Tendrás 500 en la cuenta. Son 300 míos y tuyos 200, ¿no?”.
Para los investigadores la conducta de Kike Salas encaja en un delito de estada a las distintas casas de apuestas, aunque sus acciones no influyeron en el resultado de los partidos. Por este caso, la pena máxima es de tres años de prisión.
Por último, los investigadores también señalan que los amigos de Salas habrían ganado cerca de 9.000 euros gracias a sus amonestaciones.
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