María José Nieto López, más conocida como la Maripepa o Maripopi Nieto, es una actriz, bailarina y vedette española que fue muy conocida en la década de 1980 y mediados de 1990 en los medios hispano e hispano-americano.
Actualmente tiene 65 años de edad.
Estudió Ballet Clásico en la escuela de Karen Taff por 3 años y luego Baile Clásico Español por 5 años en la Escuela de Formación Profesional de Coros y Danza de Madrid. Logró el título de Profesora de Ballet Clásico Español en el Real Conservatorio de Madrid. Posteriormente estudió Danza Moderna y el dominio de las castañuelas con Lucero Tena.
Vida artística y pública
Nieto participó en sus inicios en un montaje a cargo de Goyo Montero en el clásico Ballet, Salomé. María José Nieto empezó a derivar lentamente de las comedias musicales clásicas a las comedias picarescas aprovechando su destacable figura y apariencia.
Posteriormente realizó giras por Costa Rica, Argentina y Chile para convertirse en una primera vedette principal muy reconocida en los medios de la comedia y los bailes picarescos
Superó mediáticamente a vedettes del momento como Susana Giménez y Sara Montiel en los medios hispano americanos siendo conocida como la Maripepa.
"Maripepa marcó toda una época en nuestro medio (Costa Rica). De buen cuerpo, simpática y de una personalidad arrolladora, fue de las primeras de enseñar más piel de la cuenta en los escenarios; de aquellas actuaciones surgió el término de “maripepino”, usado para describir a hombres dedicados a los bailes sensuales en tarima", recordó tiempo atrás el periodista Rogelio Benavides en su reconocida sección Tía Zelmira.
El encuentro de Óscar Arias con Maripepa en 1986
Maripepa visitó muchas veces Costa Rica pero en 1986 tuvo un encuentro especial en territorio tico.
El 19 de setiembre de dicho año, en el ejercicio de su primer mandato, el Premio Nobel de la Paz y dos veces Presidente de la República, doctor Óscar Arias Sánchez recibió en su despacho de la Casa Presidencial a Maripepa.
Así lo recordó en su momento Rogelio Benavides (Tía Zelmira).
"El escándalo estalló de inmediato y sonó tan fuerte como las sirenas de las motocicletas encargadas de escoltar a la artista durante su recorrido hasta Zapote. Hoy don Óscar Arias reconoce el episodio, pero no se acuerda bien de la guapa española.
Un día acudí a la casa de don Óscar Arias a entregarle un boceto (cuadro) del pintor costarricense Rodolfo Stanley, con una representación de la visita de Maripepa.
En esa obra se ve un sillón tipo presidencial con una gata encima, además sobresalen unas piernas de varón y un zapato grande; a un lado, una mano sostiene un abanico y en el otro extremo hay encajes y una típica mantilla; al centro se insinúa un trasero hermoso como el de la vedette. Le envié el siguiente mensaje a don Óscar: Tengo un obsequio para usted.
En 1986 el pintor Rodolfo Stanley (ya fallecido) hizo un boceto titulado “Estudio de la visita de María Pepa a la Casa Presidencial el 19-9-86”. Como yo era periodista en La Nación y escribía sobre Artes Plásticas, Stanley encontró “apropiado” regalármelo, probablemente con el propósito de que escribiera una nota sobre el tema.
Desde entonces el cuadro está en una de las paredes de mi casa. Tras la muerte del autor, me he sentido liberado de resguardarlo y he decidido ofrecérselo a usted”. De inmediato don Óscar me respondió afirmativamente y acudí a entregársela.
En ese breve encuentro no hablamos mucho del tema, más bien tocamos otros asuntos de actualidad siempre en el marco de un indiscutible intelectual como él. En la visita me acompañó el abogado Raymundo Macís, persona allegada al expresidente quien, como yo, resaltó el trato amable y cordial de don Óscar.
Agradezco sinceramente el gesto de honestidad al recibir ese documento, de un episodio probablemente incómodo para él en aquel momento.
Una persona de su trayectoria, dos veces Presidente de la República, Premio Nobel de la Paz y uno de los costarricenses más conocidos de la historia, necesariamente debe haber recibido a miles y miles de personas desconocidas, pero que, en razón de su cargo y notoriedad, le correspondía hacerlo. La visita de Maripepa, fue una entre miles".
Esta fotografía es del 10 de junio de 1984 en la pequeña sala de redacción de "Triunfo", en La Nación, en Llorente de Tibás, con los periodistas Otto Fonseca Alvarado y Rodrigo Calvo así el fotógrafo Rodrigo Montenegro
El presente de Maripepa Nieto
Luego de su retiro en 2006, Maripepa se alejó de las cámaras y de los escenarios por un tiempo. Años más tarde, durante 2012 fue jurado en Cabaret burlesque, un programa realizado por TVN que tenía como fin mostrar el mundo del vedette.
En ese momento, en entrevista con La Tercera aseguró que desde la muerte de su madre en el año 2007 cambió las plumas y los escenarios por el luto. “Yo nunca había entendido esto de la depresión hasta que me tocó y es tremendo. He pasado por dos crisis gordas en mi vida. Una de ellas me retiró de mi trabajo de los escenarios. Y la segunda, fue el fallecimiento de mi madre. Eso para mí ha sido terrible. Todavía estoy de luto”, aseguró en ese momento la exitosa vedette española.
Por otro lado, en otra entrevista, Maripepa Nieto aseguró que en Chile es muy querida y respetada por su trabajo: “Allí (en Chile) he sido y soy un símbolo sexual. Gente muy importante quiso casarse conmigo, rechacé grandes fortunas. Al final me casé con el más pobre pero soy feliz, estoy bien conmigo misma. En paz”.
En la actualidad, María José Nieto vive alejada de los escenarios, tiene una empresa de regalos publicitarios y de promoción y además es delegada para la zona norte de Madrid en una empresa de neumáticos. Al respecto señaló riendo en una entrevista: “Es un negocio que marcha sobre ruedas”.
«Rechacé fortunas y me casé con el más pobre»
Entrevista a Nieto en el Diario La Razón de España en el 2013
«Una se acostumbra a ser deseada como a ser rubia o castaña, siempre he andado quitándome a manotazos los moscones de encima; acabas no dándole importancia». También es verdad que era una vedette a una madre siempre pegada, una chica «mírame y no me toques», una alumna de colegio de monjas sobresaliente en pudor, dice.
–¿Vedette y pudorosa?
–Sí, ¿por qué no? Es un sello que me quedó para la toda la vida. Del colegio de monjas sales o muy pudorosa o cabra loca. Yo salí pudorosa.
–Estudió ballet, baile clásico español, danza moderna y hasta el arte de las castañuelas con Lucero Tena. ¿Con qué soñaba entonces?
–Con estar en un escenario. Según mi madre, nací bailando. La niña que bailaba de puntas en un spot de la canción «Candilejas» de Julio Iglesias era yo.
–Y acabó en la revista. ¿Era lo que quería?
–No eliges tú los caminos, los caminos te eligen a ti. Surgen y te llevan.
Iba a los concursos de belleza locales (Miss Autoescuela, Miss Guapa con Gafas, Miss Pirandello) por los premios. En uno de ellos la descubrió Luis Sanz, debutó con «Las Leandras» y se adentró en un mundo nuevo. Hizo más de veinte revistas. «Celia Gámez me dijo que nadie había hecho el "Pichi"como yo». Antes había bailado flamenco para el Sha de Persia en Teherán, y en Las Vegas acompañando a Serranito, y en Berlín antes de que se desplomara el muro. Juan de Ávalos, el escultor del Valle de los Caídos, la vio un día en el valle de los levantados y dijo que era sin duda el mejor cuerpo de España. Y la frase figuró en algún cartel.
–Pero no hizo mucho cine...
–Me pilló el destape y yo no quise hacerlo. «Pero si todo el mundo lo hace, hasta Sofía Loren, no seas tonta», me decían los productores. Y yo: «Pues lo hará la Loren, pero yo no». Creo que era la más recatada de aquellos tiempos. Una cosa es la picardía, salir ligera de ropa, y otra desnudarse.
–Trabajó mucho en América...
–Sí, en Costa Rica, Panamá, Paraguay, Miami, Chile... Sobre todo en Chile. Allí he sido y soy un símbolo sexual. Gente muy importante quiso casarse conmigo; rechacé grandes fortunas, hoy podría tener más que la Thyssen, y al final me casé con el más pobre. Pero soy feliz, estoy bien conmigo misma. En paz.
–En Chile la llamaron Maripopi, por su trasero. ¿El «popi» es lo mejor que hay en usted?
–Lo más importante de mi cuerpo es mi corazón y mi cabeza. No sé por qué mi «popi» ha causado tanto revuelo: nunca lo meneé mucho, siempre lo mostré elegantemente, sin mala intención. Pero ahí iban todas las miradas.
Dalí lo vio, el «popi», y la quiso pintar de espaldas, desnuda. La llevó a cenar a Zalacaín y le rogó de rodillas que posara. María José no quiso. «Creo que me asustó: un tío con aquellos bigotes y aquella mirada de ojos saltones hablando toda la noche de los pliegues del culo; nunca había oído hablar tanto del culo ni sabía que tuviera tantos pliegues. Fui tonta, hoy tendría un Dalí, porque me ofreció una copia». No conoce frustraciones: «Si no he llegado más lejos es sólo porque no quise; nunca fui ambiciosa. Eso sí: me hubiera gustado hacer más musicales y mejor cine: el que me tocó fue malo». Se retiró en 2006 para cuidar a su madre enferma.
–Ha dicho que es una monja de clausura comparada con las chicas de hoy.
–Sí, claro. Están muy lanzadas. No lo critico. Yo nunca fui así. A los 18 años, ¿se acuerda?, yo le dije que llegaría virgen al matrimonio. No fue así, pero ésa era mi intención. Ya sabe: una no elige los caminos...
–¿Y cómo se ve ahora ante el espejo?
–Bien. Unas cosas están peor y otras mejor, pero ahí están. La ley de la gravedad no perdona a nadie, aunque ahora hay inventos para levantarlo todo. Lo peor de envejecer es la cantidad de seres queridos que faltan en tus cumpleaños. Se ha ido mucha gente a la que quiero. Yo puedo vivir sin sexo, pero no sin el cariño de la gente.
Se casó hace 28 años y no ha tenido hijos. Posee una empresa de regalos publicitarios y de promoción y es delegada para la zona norte de Madrid, Ávila y Segovia de una empresa de neumáticos, «un negocio que marcha sobre ruedas», dice riendo. Vive al día, cree que si piensas mucho en el futuro, acabas no viviendo el presente. «Y eso sí que es malo».
Aquí algunas fotografías de Maripepa en Costa Rica entre 1984 y 1987 (Fuente: Periodista y estadígrafo Rodrigo Calvo)
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