La respuesta inmediata y articulada que brindan las instituciones para atender la violencia familiar nunca sustituye a la familia como entorno protector para cada una de las personas, en especial a las mujeres y a los niños, niñas y adolescentes.
Por ello, el PANI, el INAMU, el Ministerio de Seguridad Pública, el Ministerio de Educación Pública, el IMAS, la CCSS y el Organismo de Investigación Judicial hacen un llamado a prevenir, denunciar y no normalizar la violencia familiar.
Entre los servicios que dan las instituciones están la protección a la integridad física, atención médica, psicológica y psiquiátrica, acompañamiento académico, becas, subsidios económicos, representación legal; sin embargo, la violencia extrema como lo es el femicidio, sean los hijos y las hijas testigos o no, genera graves consecuencias a lo largo de sus vidas, como estrés post traumático, sentimientos de miedo, terror, desconfianza, impotencia, frustración y desamparo, perturbaciones del comportamiento, menor desempeño académico y mayor propensión a ser personas violentas en su vida adulta.
Para la Presidenta Ejecutiva del Patronato Nacional de la Infancia (PANI), Kennly Garza, “Ante un femicidio, el PANI da atención psicológica en crisis, garantiza la integridad física de las víctimas, valora recursos familiares, dicta medidas de protección y representa judicialmente a los niños, niñas, Todo en resguardo de su interés superior. Sin embargo, la afectación para las niñas, niños y adolescentes se da para toda la vida. Tenemos que tomar conciencia de las implicaciones que la violencia tiene para las familias, las comunidades y para el país. Pero lo más importante, debemos tener claro que la violencia se puede y debe prevenir, no se debe normalizar y se debe denunciar”.
La Presidenta Ejecutiva del Instituto Nacional de las Mujeres (INAMU), Adilia Caravaca Zúñiga: “Desde el INAMU seguimos fortaleciendo los servicios de la Institución, por ello podemos al servicio la línea por excelencia que es el 9.1.1., los 32 Puntos Violeta que están en los barrios en el territorio nacional y la App 9.1.1.”
Cuando se da un femicidio, las niñas, niños y adolescentes no están expuestas, solamente, a ese hecho traumático, sino que viene, sistemáticamente, recibiendo agresión directa o indirectamente, por lo que, sus herramientas emocionales, suelen ser más limitadas. Esto quiere decir que cuando se da el asesinato, los hijos y las hijas ya tienen una condición de vulnerabilidad preexistente, que se desencadena cuando sucede el máximo episodio de violencia contra su madre.
Entre el 2022 y el 2023, el PANI registró un incremento del 8% en la cantidad de niñas, niños y personas adolescentes víctimas de violencias (375 diarios). En el 2022 se atendieron 127.164 y en el 2023 fueron 137.042. Para el primer trimestre del 2024, se han atendido 19.336 personas menores de edad víctimas de violencia.
Por su parte, en la Operación Costa Rica Segura Plus, ha atendido, entre el 10 de mayo del 2022, al 27 de abril del 2024, 15.640 incidentes de violencia intrafamiliar, es decir, un promedio de 45 casos diarios.
Según el Observatorio de Violencia de Género del Poder Judicial, entre el 2020 y el 2023 se han registrado 47 femicidios de mujeres, que eran madres de 89 niños, niñas y adolescentes.
Denuncias al 9.1.1.