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Maria Salomea Skłodowska-Curie,​ más conocida como Marie CurieC​B​ o Madame Curie fue una física y química polaca nacionalizada francesa. 

Pionera en el campo de la radiactividad, es la primera y única persona en recibir dos premios Nobel en distintas especialidades científicas: Física y Química.

También fue la primera mujer en ocupar el puesto de profesora en la Universidad de París y la primera en recibir sepultura con honores en el Panteón de París por méritos propios en 1995. 

Hija de un profesor de física y matemática, y una maestra de piano, Maria Salomea Sklodowska nació el 7 de noviembre de 1867 en Varsovia, que, en ese entonces, todavía pertenecía al imperio ruso zarista. 

  

Durante sus primeros años, si bien no provenía de una familia demasiado acomodada, sí tuvo un gran incentivo y motivación por la educación y la vida académica. 

Luego del fallecimiento de su madre y una de sus hermanas, las dificultades familiares y económicas no le quitaron nunca el deseo de estudiar. Al terminar la educación básica, por el solo hecho de ser mujer, no tenía permitido acceder a los estudios superiores. No obstante, eso no amedentró su pasión: viajó a París para ingresar a la Universidad de la Sorbona y consiguió una vacante para estudiar física y matemática como su padre. Mientras, trabajaba como institutriz para mantenerse. 

Finalmente en 1893, Marie, quien ya se había afrancesado el nombre, se licenció en Física con calificaciones sobresalientes. Un año más tarde, conoció a su futuro marido, el también físico y científico Pierre Curie, de quien tomó el apellido y tuvieron dos hijas. Marie fue más allá y continuó con un doctorado. 

“Las investigaciones sobre la radiación del uranio del físico Henri Becquerel y el descubrimiento de los rayos X por Wilhelm Röntgen ayudaron a Curie a elegir el tema de su tesis: investigaciones sobre sustancias radioactivas. Fascinado por los avances de la investigación de su mujer, Pierre decidió aparcar sus estudios sobre magnetismo para poder ayudarla”, comentaron algunos historiadores que reflexionaron sobre su vida y obra, para el sitio canalhistoria.es. Y agregaron: “Cómplices en lo personal y en lo profesional, Marie y Pierre Curie trabajaron codo con codo en condiciones nada fáciles. En 1898 anunciaron el descubrimiento de nuevos elementos: el radio y el polonio, ambos más radioactivos que el uranio. Sin embargo, no fue hasta cuatro años después cuando pudieron demostrar su hallazgo”.

1903 fue el año del reconocimiento a sus investigaciones. Marie Curie no solo consiguió su doctorado, sino también recibió el Premio Nobel de Física, junto con su marido y Becquerel, por sus investigaciones sobre la radioactividad. A pesar de su importancia, la Universidad de París solo nombró a su marido, en 1904, como catedrático académico y, dos años después, logró ser miembro de la Academia Francesa. Más tarde, y por un accidente de caballos en el que Pierre Curie perdió su vida, Marie ocupó la cátedra de Física de su marido en la Sorbona. De esta manera, no solo llegó a ser la primera mujer en ganar un Premio Nobel, sino también un puesto como catedrática en aquella casa de estudios.

Luego de la muerte de su marido, decidió continuar con sus investigaciones. Muy pronto descubrió que la radioterapia podría ser un tratamiento contra las enfermedades cancerígenas. Esto hizo que los experimentos de Marie ganaran adeptos y se popularizaran enormemente. Gracias a estas investigaciones, Marie Curie ganó su segundo Premio Nobel. Esta vez, en la categoría de Química, en 1911. 

Marie Curie y Pierre Curie.

Curie no solo fue una científica pionera, también tuvo un papel muy importante durante la Primera Guerra Mundial. En aquel periodo bélico, adquirió diversos automóviles y máquinas de rayos X portátiles para crear “ambulancias radiológicas”. Gracias a ello, logró salvar la vida de muchísimos soldados. Así, Marie se convirtió en la directora del Servicio de Radiología de la Cruz Roja francesa.

“Acabada la Guerra, Curie regresó a sus estudios y formó parte de diversas academias científicas como la Academia Nacional de Medicina de Francia en 1922 y obtuvo innumerables reconocimientos. Desgraciadamente, a causa de la radiación a la que estuvo expuesta en sus experimentos, Marie Curie falleció el 4 de julio de 1934”, compartieron los historiadores de aquel sitio historiográfico. En 1995, fue sepultada con honores en el Panteón de París, junto con los restos de su marido.

Por sus aportaciones a la ciencia y a la sociedad Marie Curie se convirtió en una de las mujeres más reconocidas e importantes de la historia.   

La primera

A lo largo de su carrera, Marie Curie se acostumbró a ser la primera en muchas cosas. Entre otras hazañas, se convirtió en la primera mujer en Francia en recibir el título de médico; la primera profesora en enseñar en la Universidad de la Sorbona; y la primera mujer en ser enterrada en el Panteón de París.

Pero también tuvo rechazos. No la dejaron ingresar en la Academia de Ciencias de Francia. Tampoco a su hija Irène. La mayoría de sus miembros se oponían a la elección de una mujer.

"Marie Curie es una inspiración para las mujeres que hacen ciencia. Era una persona inusual que enfrentaba dificultades simplemente por ser mujer. A pesar de su dedicación y compromiso, sufrió misoginia y xenofobia", dice la socióloga e historiadora Cristina Araripe Ferreira, doctora en Historia de las Ciencias y de la Salud.

"La mayor contribución de Marie Curie a la ciencia fue el descubrimiento de nuevos elementos radiactivos", dice el físico Roberto de Andrade Martins, doctor en Lógica y Filosofía de la Ciencia por la Universidad Estatal de Campinas (Unicamp).

"Descubrir un nuevo elemento no es algo sencillo. Los científicos se basan en hipótesis y conjeturas. La ciencia no se compone sólo de éxitos. Hay mucho ensayo y error", apunta de Andrade.

Tan solo 8 años después de su viaje a Brasil, en mayo de 1934, se sintió mal y no volvió al laboratorio nunca más. Se sentía agotada y enferma, con pérdida de visión y zumbidos en los oídos. Murió poco después, el 4 de julio de 1934, con 66 años. La causa de la muerte fue anemia aplásica.

Marie Curie en su laboratorio.

 

Relato del único viaje que la científica hizo a América Latina.

 

Llegó a Río de Janeiro en barco desde Marsella el 15 de julio de 1926. Lo hizo en el Pincio, un lujoso barco a vapor, en compañía de su hija mayor, Irène , que trabajaba como su secretaria privada.

 

En ese momento, Marie Curie ya era viuda del físico francés Pierre Curie. Su marido murió tras ser atropellado por un carruaje el 19 de abril de 1906, mientras cruzaba una concurrida calle de París.

 

Madre e hija fueron recibidas en Brasil por un comité formado, entre otros personajes destacados, por los médicos Juliano Moreira, uno de los pioneros de la psiquiatría en Brasil, y Roquette Pinto, uno de los padres de la radiodifusión.

 

Durante su visita, Marie Curie estuvo acompañada por Bertha Lutz, entonces presidenta de la Federación Brasileña para el Progreso de las Mujeres y una de las mayores activistas en la lucha por los derechos políticos de las mujeres brasileñas.

 

"Madame Curie llegó a Brasil como una estrella. Siempre había un carruaje de lujo reservado para ella y su hija. Fue tratada como un ser divino", dice João Pedro Braga, posdoctorado en Química de la Universidad de Princeton y coautor del libro, junto a Cássius Klay Nascimento, "La visita de Marie Curie a Brasil" (2017).

 

"En los lugares que visitó, la gente vestía la ropa más elegante, la última moda en París. Marie Curie vestía, como observó Pedro Nava, un 'traje grasiento'. Siempre fue una mujer sencilla".

 

Por una serie de doce conferencias, Marie Curie cobró 75.000 francos (el equivalente actual a US$85.000): una parte que le entregó el gobierno francés antes del viaje y otra del gobierno brasileño que le entregaron al llegar a Río.

Cansadas del viaje en barco, que duró 13 días, Marie e Irène se dirigieron directamente al Hotel dos Estrangeiros, en Flamengo. Mientras Marie se acostaba a descansar ya sentía los efectos nocivos de la exposición prolongada a la radiación), Irène se puso un traje de baño y se dio un baño en el mar.

 

El 17 de julio, Marie Curie escribió una carta a Ève, la hija más joven que se había quedado en París. Entre otras cosas, elogió la habitación del hotel, que calificó de “muy bonita”, y se quejó del ruido de los tranvías.

 

A pesar de su aversión a la prensa, ya que los tabloides franceses expusieron su relación amorosa con un hombre casado, Paul Langevin, la científica concedió una entrevista al diario O Paiz.

 

La primera de las doce conferencias tuvo lugar el 20 de julio, en la sala principal de la Escuela Politécnica, y fue transmitida por Rádio Sociedade do Rio de Janeiro, la primera emisora de Brasil, inaugurada tres años antes.

 

Muchos estudiantes, por falta de espacio, no pudieron asistir a la presentación. Hubo un inicio de agitación y, por ello, las siguientes conferencias fueron trasladadas a la planta baja de la institución.

 

Entre una conferencia y otra, Marie Curie visitó los atractivos turísticos de la ciudad, como el Pan de Azúcar,, Corcovado y el Jardín Botánico, y se trasladó a municipios vecinos, como Petrópolis, Vassouras y Barra do Piraí.

 

En São Paulo visitó Butantan, viajó a Águas de Lindóia y asistió a un baile en su honor. 

Con dos agujas en su maleta

Luego, tras una larga travesía en tren, llegó a Belo Horizonte el 16 de agosto de ese año, acompañada todo el rato por su hija, la doctora Irène Joliot-Curie, quien a su vez también recibió el Premio Nobel de Química en 1935. Allí estuvo dos días.

 

En la capital de Minas Gerais se hospedó en el Grande Hotel Internacional, donde hoy funciona el Edificio Arcângelo Maletta. Allá dictó la conferencia en la facultad de Medicina a la que Pedro Nava asistió junto a Guimarães Rosa y Juscelino Kubitschek.

 

"Era pequeña de estatura. Llevaba un vestido negro y una falda que arrastraba. Siempre aparecía con la misma ropa, el pelo mal peinado, mal peinada, las manos rojas muy maltratadas y vi sus botas de tacón bajo con sólo el botón superior abotonado" , describió el médico y escritor Pedro Nava en Beira-Mar (1978), en el cuarto volumen de sus memorias.

 

“Pero cuando enseñaba, se transformaba y con sus palabras la estancia se iluminaba aún más, como si a unos rayos de uranio, chispas radiactivas y ferromagnéticas atravesaran sus paredes”, añadió Nava.

 

En ese tiempo en Minas Gerais, visitaron el Instituto de Radio de Belo Horizonte, inaugurado cuatro años antes. El centro fue creado para combatir el cáncer en Brasil con el uso de la radioactividad y fue el primer hospital de este tipo en el país.

 

La premio Nobel llevaba en su maleta dos agujas de radio, de las que se usaban para la irradiación de tumores, para donarlas a este centro.

 

Luego, con recursos públicos, el instituto compró radio proveniente de Francia con sus certificados correspondientes de dosificación firmados por Marie Curie.

 

Una de las fotografías tomadas durante su visita a Brasil fue precisamente en este centro, hoy perteneciente al Hospital de Clínicas de la UFMG.

En ese estado también visitó las ciudades de Sabará y Lagoa Santa.

 

La visita de Curie apareció en la presa local. El Diário de Minas contaba que la científica fue recibida con gran cariño, pues el mundo científico sentía por ella una gran admiración.

 

“Todos los homenajes que se le hacen son verdaderamente merecidos y tanto más espontáneos en cuanto que la envuelve un suave aura de simpatía debido a la conmovedora sencillez que la caracteriza”, recogía la prensa.

 

Luego, Marie e Irène Curie regresaron a Río el 18 de agosto y de allá partieron rumbo a Marsella, Francia, el 28 de agosto.

 

El mismo año de su visita a Brasil, fue la boda de Irène con Frédéric Joliot, con quien se alzó con el Nobel años después por sus investigaciones de la radioactividad artificial.

 

"En la presentación de nuestro libro en polaco, los nietos del matrimonio Curie, Hélène y Pierre, dijeron que su padre, Frédéric, siempre cuestionaba en broma el hecho de que, justo el año de su boda, la futura novia, Irène, se quedara en Brasil durante tanto tiempo", afirma João Pedro Braga, coautor de "La visita de Marie Curie a Brasil".

 

Prohibido para las mujeres

María Salomea Sklodowska, la futura Madame Curie, nació el 7 de noviembre de 1867 en Varsovia, Polonia.

 

En su país, las instituciones de educación superior cerraban sus puertas a las mujeres, así que fue a Francia para seguir sus estudios junto a su hermana.

 

Entró en La Sorbona con 23 años y pronto se destacó y fue invitada por el profesor Gabriel Lippmann a trabajar en su laboratorio.

 

También fue allí, en la capital francesa, donde conoció a su futuro marido, el físico Pierre Curie.

 

Los dos se casaron el 26 de julio de 1895 y tuvieron dos hijas: Irène y Ève. La más joven fue la única de la familia que no siguió una carrera científica. En lugar de química o física, trabajó en música. Era pianista.

 

El primer Premio Nobel llegó en 1903. Pierre y Marie Curie ganaron el premio junto con Henri Becquerel. Fue Becquerel quien descubrió que los minerales de uranio emitían una extraña forma de radiación.

 

No fueron a Estocolmo a la ceremonia de premiación. Pierre ya sentía los efectos de la exposición excesiva a la radiación y tenía tanto dolor en las piernas que a veces pasaba días en cama sin poder levantarse. Le dolían tanto las manos que apenas podía escribir.

 

La muerte de su marido en 1906 conmovió profundamente a Marie Curie.

 

 

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