La historia de Martine Moïse, viuda del expresidente de Haití torturado y asesinado en 2021 en su residencia de Puerto Príncipe por un grupo de mercenarios, ha conmocionado al mundo. Casi tres años después, ha sido acusada de complicidad en el crimen.
Un informe del juez haitiano Walther Voltaire ha imputado a Martine los delitos de complicidad y asociación criminal para cometer el magnicidio. Además de la viuda, otras 50 personas están acusadas. Entre ellas, el exprimer ministro de Haití Claude Joseph y el antiguo jefe de la Policía Nacional Léon Charles, quien ahora se desempeña como representante permanente del país caribeño ante la Organización de Estados Americanos (OEA).
"Existen cargos concordantes y pruebas suficientes para justificar su responsabilidad en los hechos que se les imputan", según la decisión del magistrado, que los remite "al Tribunal Penal, reunido sin asistencia de jurado, para ser juzgados por los hechos de asociación para delinquir, robo a mano armada, terrorismo, asesinato y complicidad en asesinato, delitos cometidos en perjuicio de Jovenel Moïse".
Martine publicó además un mensaje de audio en sus redes sociales expresando su tristeza y llamando a la población haitiana a continuar juntos "la batalla" de su marido.
Una semana más tarde, la primera dama doliente regresó a la isla para asistir al funeral. Llegó a bordo de un avión privado rodeada de guardaespaldas. Llevaba el brazo en cabestrillo y un chaleco antibalas sobre su ropa negra. Ese día prometió hacer justicia a su marido, cuya muerte agravó el caos en este país antillano, plagado de violencia y pobreza.
Posteriormente se refugió en Florida y durante meses le lloró en público y participó en los homenajes. En sus escasas declaraciones públicas ha mantenido que es inocente, una víctima más del atentado ocurrido cuando un comando fuertemente armado integrado por exmilitares colombianos irrumpió en la casa presidencial.
Falsa heroína que engañó también a Europa
Martine Moïse nació en Puerto Príncipe, en 1974. Graduada en interpretación por la Universidad de Quisqueya en 1997, conoció a su futuro marido durante su etapa universitaria. En 2015, Jovenel Moïse fue elegido presidente del país en primera ronda con un 32.8% de los votos. Durante el mandato, Martine estuvo al frente de la Fondasyon Klere Ayiti, una organización comunitaria que se encarga de dar apoyo a mujeres víctimas de maltrato. En 2017 fue nombrada presidenta del Fondo Mundial en Haití con el objetivo de paliar los efectos del VIH, malaria y otras enfermedades.
En marzo de 2023 fue una de las ocho mujeres ganadoras del Premio Europeo al Liderazgo Internacional de las Mujeres. Este premio, lanzado hace cinco años, con motivo del Día Internacional de la Mujer, se concede a todas aquellas "que en un momento determinado de su vida han decidido seguir su sueño, romper con las obligaciones tradicionales que les rodean, desafiar los ámbitos dominados por los hombres, a actuar de manera respetuosa para dar ejemplo a todos". La organización destacó que durante el mandato de su marido trabajó para mejorar la atención brindada en obstetricia y neonatología y se encargó de la distribución de material escolar y zapatos al inicio de cada año escolar.
Deseosa de presentar a las mujeres, en el mismo acto se recordó que siendo primera dama organizó una feria artesanal, una plataforma para promocionar sus productos. El programa permitió a las mujeres iniciar o ampliar sus actividades empresariales.
Siempre con el espíritu de centrarse en la agricultura, lanzó también un proyecto para plantar dos millones de plantones de café de diversas variedades. En la entrega del premio europeo, la viuda aprovechó una vez más para pedir a la comunidad internacional que arrojase luz sobre esta tragedia para castigar a los responsables.
A pesar de su frialdad, la aparente facilidad con la que los atacantes lograron acercarse a él despertó sospechas. De hecho, desde el principio cuatro responsables de su equipo de seguridad fueron encarcelados y 24 agentes puestos bajo medidas cautelares. Según observó el juez de instrucción, sus declaraciones estuvieron plagas de contradicciones "que dejan mucho que desear y la desacreditan".