La compañía Bloodhound está trabajando en un auto/cohete, pero necesita a alguien valiente y con dinero que lo maneje.
Esta empresa lleva 15 años intentando establecer un nuevo récord mundial de velocidad terrestre con un automóvil impulsado por cohetes. Su objetivo es alcanzar las 800 mph (1,287 km/h), pero esta ambiciosa meta requiere una gran cantidad de financiamiento.
Por eso, acaba de lanzar la campaña, "Carrera hacia la grandeza: Búsqueda de un conductor para el récord mundial de velocidad terrestre de Bloodhound", cuyo objetivo es encontrar a alguien lo suficientemente audaz para subirse al cohete, pero también para financiar la extraordinaria propuesta.
El equipo de Bloodhound busca un conductor que no solo posea la destreza para conducir el automóvil, sino que también pueda aportar el financiamiento restante necesario para que Bloodhound pueda alcanzar el nuevo récord.
La compañía señaló que se necesitan $14.77 millones de dólares para iniciar el intento de romper el récord. El conductor no tendrá que cubrir toda la cantidad, solo una parte.
Un reto físico y mental
Bloodhound espera que la campaña genere interés y anime a posibles patrocinadores a unirse al proyecto, además de que también cuenta con sus propios fondos. Actualmente, la empresa está realizando una gira por el Reino Unido con una réplica a tamaño real de su automóvil cohete para generar interés en el proyecto.
Pero no solo basta con tener ganas y dinero, también hay que entrenar. La empresa ofrecerá entrenamiento físico y mental al valiente que se atreva a subirse al vehículo, pues manejar a velocidades tan extremas implica un peligro de muerte real.
El intento de romper el récord se llevará a cabo en una pista especialmente preparada, en Sudáfrica. El vehículo Bloodhound está propulsado por un motor de cohetes Nammo, que trabaja junto al mismo motor a reacción Rolls-Royce EJ200 que impulsa aviones de combate en todo el mundo.
A diferencia de estos aviones, este vehículo utilizará un combustible sintético diseñado para ser más ecológico, con la esperanza de revolucionar la industria aeroespacial.