El dólar estadounidense se encamina hacia una pérdida del 3,7% este mes frente a una cesta de seis monedas principales, en lo que sería su peor desempeño mensual en un año.
Esas son buenas noticias para los países que dependen de las importaciones de materias primas, la mayoría de las cuales se comercializan en dólares, así como para las naciones que pagan deuda denominada en dólares. Pero las empresas y los consumidores estadounidenses podrían terminar pagando más por los bienes importados.
Así se detalla en un artículo publicado por la cadena de noticias CNN.
El índice del dólar estadounidense estuvo en alza entre mediados de julio y principios de octubre, aumentando más del 7%, ya que una serie de datos económicos positivos de Estados Unidos impulsaron las expectativas de que la Reserva Federal mantendrá altas las tasas de interés.
Las tasas de interés más altas tienden a aumentar el valor de una moneda al atraer más capital del exterior al país (ya que los inversores anticipan obtener mayores retornos), lo que incrementa la demanda de la moneda.
Pero, en las últimas semanas, las señales de que la economía estadounidense finalmente comenzó a desacelerarse convencieron a los inversores de que la Reserva Federal ya no aumentará los costos de endeudamiento y pronto recurrirá a recortar las tasas.
"Puedo ver dos trimestres más de debilidad del dólar estadounidense, particularmente si queda aún más claro que la Reserva Federal va a recortar las tasas de interés", dijo a CNN Ulrich Leuchtmann, jefe de investigación cambiaria de Commerzbank.
Cameron Willard, del equipo de mercados de capitales del banco sueco Handelsbanken en el Reino Unido, también espera que el dólar siga cayendo de manera constante durante el primer semestre del próximo año, pero cree que es probable que revierta su curso más adelante en el año a medida que los riesgos geopolíticos —como la incertidumbre en torno a el resultado de las elecciones de varios países— pasan a primer plano.
En tiempos turbulentos, los inversores ven el dólar como un refugio seguro, donde su efectivo mantendrá su valor.
"Me cuesta ver una depreciación del dólar a largo plazo", dijo Willard a CNN. "Para que eso suceda, es necesario tener una alternativa creíble... (El dólar) sigue siendo la moneda de reserva mundial y la moneda más segura del mundo, y no veo que eso cambie".
¿Quién gana?
Para los países que dependen de las importaciones de materias primas, un dólar más débil significa que tienen que pagar menos por productos esenciales como el trigo y el petróleo crudo. Eso, a su vez, podría enfriar la inflación general en esas economías.
Por ejemplo, Japón, Corea, India y muchos de los países que utilizan el euro dependen de las importaciones de materias primas, dijo Mark McCormick, jefe global de estrategia de divisas y mercados emergentes de TD Securities.
Los exportadores estadounidenses también saldrán ganando porque, a medida que el precio de sus productos cae en otras monedas, se vuelven más competitivos en el extranjero.
Al mismo tiempo, indicó Leuchtmann, un dólar de menor valor eleva el costo de las importaciones a Estados Unidos, ayudando a las empresas estadounidenses que venden en el mercado interno a competir contra rivales extranjeros porque los productos locales se vuelven relativamente más baratos.
También es una buena noticia para los mercados emergentes. Varias economías emergentes tienen deudas denominadas en dólares, y un dólar más débil puede hacer que el servicio de esas deudas sea menos costoso.
Una caída en el valor del dólar también supone mejores oportunidades de inversión fuera de Estados Unidos, dijo McCormick a CNN.
"Un dólar más débil es una marea creciente que levanta a todos los barcos", afirmó.
¿Quién pierde?
Un dólar débil es una mala noticia para los consumidores estadounidenses, que pueden esperar pagar más por bienes importados como vino francés o juguetes fabricados en China, y más en vacaciones en el extranjero.
"Un dólar debilitado básicamente empobrece un poco a Estados Unidos porque paga más por los bienes que importa y recibe menos por los bienes que exporta", dijo Leuchtmann.
En igualdad de condiciones, eso impulsa la inflación, añadió, pero la tasa de aumento de precios también está influenciada por otros factores.
"Estoy seguro de que la inflación disminuirá aún más en Estados Unidos, pero la velocidad de este desarrollo será menor de lo que sería con un dólar fuerte", aseguró.
Willard, de Handelsbanken, señala el enfriamiento de los mercados laboral e inmobiliario de Estados Unidos como dos factores que probablemente mantendrán bajo control la inflación general, incluso si el precio de las importaciones aumenta.
"No creo que la Reserva Federal se alarme demasiado en este momento", dijo.