El pasado sábado el mundo fue testigo de la coronación de Sheynnis Palacios, ganadora del Miss Universo, en un certamen en el que compitieron decenas de mujeres que ansiaban gozar del máximo título de la belleza.
Esta mujer nicaragüense no improvisa, ya que ha superado muchos obstáculos hasta alcanzar este gran mérito. En la siguiente nota te contaremos cuál es la emotiva historia de esta joven que ha dejado a más de uno impresionado.
Según lo que por el momento se sabe, Sheynnis Palacios, la recién coronada Miss Universo 2023 de Nicaragua, emerge como un símbolo de perseverancia y superación.
Ella es originaria de un país que ha enfrentado desafíos socio-políticos en los últimos años, nacida en una familia humilde de Diriamba, Carazo, no llegó a la cima por casualidad. Su trayectoria incluye años de preparación y participación en concursos de belleza, desde ser coronada reina adolescente en 2016 hasta destacar en el Miss Teen Universo 2017 y posteriormente como Miss Mundo Nicaragua 2020.
Palacios proviene de una familia humilde en donde le enseñaron el verdadero significado de la vida, perseguir sus sueños y siempre hacer todo con humildad.
“Mi mamá fue madre soltera, madre joven, que me formó con diferentes factores que hoy ustedes pueden apreciar. Le debo mucho a ella y a mi abuela, quienes con amor me enseñaron a hacer, al calor de la leña y al fuego de ellas, hermosos y riquísimos nacatamales y deliciosos buñuelos”, expresó con orgullo la nicaragüense.
La reina de belleza dijo a la prensa que es una mujer que sufre de ataques de ansiedad y que, incluso, durante la competencia de la noche final le dio un ataque de ansiedad, pero supo muy bien cómo manejarlo.
Eso la ha llevado a crear el proyecto “Entiende tu mente”, que busca enfatizar en la importancia de la salud mental y cómo ayudar a todas las personas que sufren de ataques de ansiedad, por lo tanto, usará la plataforma de Miss Universo para expandirse a todo el mundo y ser una voz transformacional.
Palacios enfrentó el acoso y las burlas por un negocio de venta de buñuelos que montó junto a su madre durante la crisis de 2018.
Su lucha como mujer, emprendedora y soñadora, nacida en uno de los países más pobres de América, trasciende los certámenes de belleza, evidenciando su compromiso con la realidad nicaragüense.
Su impacto va más allá de la corona, sirviendo como inspiración para las niñas y demostrando que los sueños son alcanzables, independientemente del entorno y las dificultades.