Los expertos en sueño han coincidido en denominar como "siesta energética" el breve periodo de sueño que se realiza durante el día.
Una siesta energética es una siesta corta, de unos 30 minutos, y la clave de sus beneficios parece estar en que no se debe exceder ese tiempo. Cualquier siesta más larga de treinta a cuarenta minutos puede ser perjudicial. Según los expertos alrededor de ese momento el cuerpo entra en la etapa de sueño profundo y despertarse de él puede provocar aturdimiento o somnolencia.
El sueño se desarrolla en una serie de etapas que conforman un ciclo de sueño, independientemente de si se duerme de día o de noche.
Etapa 1: Es la etapa más ligera y breve del sueño, y dura solo de uno a siete minutos.
Etapa 2: Dura entre 10 y 25 minutos. En esta etapa los músculos se relajan y las funciones del cuerpo son más lenta, aunque el sueño es todavía ligero.
Etapa 3: Fase REM. Es la del sueño más profundo y reparador. Suele durar entre 20 y 40 minutos.
Cuando el periodo de sueño es de varias horas, por ejemplo por la noche, el cuerpo pasa por estas etapas varias veces. Sin embargo, durante una siesta corta no hay tiempo para pasar por todas ellas y por tanto no se llegará a la fase REM. Despertarse en esa segunda etapa es más fácil y evita el aturdimiento de un sueño profundo, aunque sigue siendo reparadora para el organismo.
Además, un estudio llevado a cabo en China desveló que las siestas de más de 90 minutos estaban asociadas con la presión arterial alta, según Sleepfoundation
Este descanso a lo largo del día brinda al cuerpo y al cerebro los beneficios restauradores del sueño. Así, mejoran las habilidades cognitivas y el estado de alerta, sin afectar negativamente la capacidad de conciliar el sueño por la noche.
Asimismo, puede ayudar a sentirse más relajado y renovado, reduce la fatiga y aumenta el estado de alerta. Otros de sus beneficios, según la clínica Mayo, es que la siesta mejora el estado de ánimo, el tiempo de reacción, la memoria y el humor.
Otros estudios han demostrado que las siestas también pueden estimular el sistema inmunológico y reducir el estrés, además de ayudar a mantener el corazón saludable. Los participantes en el experimento que tomaron siestas energéticas una o dos veces por semana tenían un menor riesgo de eventos cardiovasculares.
Además, las siestas pueden contribuir a mejorar el bienestar de grupos específicos de personas. Por ejemplo, un estudio de personas diagnosticadas con aneurismas intracraneales encontró que la siesta regular se asoció con un menor riesgo de ruptura de la arteria.
Por su parte, el Centro Nacional de Información Biotecnológica ha demostrado que los atletas pueden experimentar una mejor resistencia, tiempos de reacción y rendimiento cognitivo si duermen unos minutos durante el día.
Siestas más largas
Los expertos aseguran que en algunos casos, una siesta más larga, de alrededor de una hora y media, también puede ser beneficiosa para determinadas personas, por ejemplo para los empleados de emergencias y los trabajadores a turnos.
En este caso ese período de tiempo permite que el cuerpo recorra las etapas del sueño y evita interrumpir el profundo.
En cuanto a qué hora se debe dormir la siesta, los expertos están de acuerdo en que la primera hora de la tarde es el mejor momento. En cualquier caso, se debe dormir entre 8 horas o más antes de acostarse para el descanso nocturno.