Despertarse en mitad de la noche empapado en sudor es una situación más habitual de lo que imaginamos. En la mayoría de casos no se trata de nada grave, pero es importante estar alerta.
¿Qué motivos hay detrás de este problema, que puede afectar la calidad de vida de quien lo padece?
Lo primero, y fundamental, es controlar la temperatura de la habitación en la que descansamos. “De forma ocasional podemos despertar por la noche con aumento importante de la sudoración, incluso empapando ropa de cama y de dormir, y en la mayoría de las ocasiones puede deberse a dormir con la temperatura de la calefacción muy alta, o demasiada ropa y, aunque incómodos, estos episodios no suelen clasificarse como sudoraciones nocturnas y generalmente no son signo de un problema médico”, nos cuenta la doctora Cristina Villegas, jefa de Dermatología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja en España.
Pero hay veces en las que una excesiva sudoración mientras dormimos sí que oculta un problema.
Menopausia y uso de determinados medicamentos
Así, una vez descartado un problema relacionado con la temperatura ambiental, hay que valorar otras causas de la sudoración nocturna, que, en opinión de la doctora, son múltiples. Entre ellas se encuentran las siguientes:
- La transpiración nocturna y los sofocos son muy frecuentes en las mujeres en la perimenopausia y menopausia. Este es el motivo que explica que sean más frecuentes en las mujeres que en los varones.
- Aparecen también como efecto secundario de la toma de determinados medicamentos, tales como antidepresivos, antidiabéticos orales, terapia hormonal…
¿Qué enfermedades pueden provocarlos?
La especialista nos cuenta que hay, además, enfermedades que pueden provocar sudoraciones nocturnas:
- Trastornos de ansiedad
- Trastornos autoinmunes
- Neuropatías.
- Brucelosis
- Síndrome carcinoide
- Drogadicción (trastorno de consumo de sustancias) o abstinencia (alcohol, opioides, cocaína, cannabis, benzodiacepinas)
- Endocarditis
- VIH/sida
- Linfomas
- Hipertiroidismo
- Leucemia
- Mielofibrosis
- Osteomielitis
- Feocromocitoma
- Absceso piogénico
- Trastornos del sueño (como la apnea del sueño
- Accidente cerebrovascular
- Siringomielia
- Hipertiroidismo
- Tuberculosis
“En estos casos debemos preocuparnos y acudir a nuestro médico. La solución dependerá del problema que las origina, y será individualizada”, detalla la doctora.
Ojo a estas señales
Teniendo todo esto en cuenta, hay que estar especialmente vigilante a estas señales, que nos indican que tenemos que consultar con un médico para buscar el posible origen de esa sudoración nocturna excesiva:
- Ocurren regularmente.
- Interrumpen el sueño.
- Están acompañadas de fiebre, adelgazamiento, dolor localizado, tos, diarrea u otros síntomas preocupantes.
- Aparecen después de meses o años en que los síntomas de la menopausia han estado ausentes.
Cambiar de hábitos
Si no hay una causa aparente, sin duda, las costumbres que tenemos a la hora de dormir pueden estar influyendo. No es mala idea variar los hábitos de descanso (temperatura, ropa de cama, etc) si nos encontramos en esta situación. “Si tenemos este problema, ayuda dormir con una temperatura ambiente suave, por debajo de 21 grados, con ropa de cama y de dormir de tejidos naturales, como el algodón y el lino, que no sea excesiva, adecuándola a la estación del año en la que estamos, y con una adecuada ventilación. Además, se recomienda mantener una adecuada hidratación”, concluye la doctora.