El gobierno nicaragüense de Daniel Ortega rompió relaciones diplomáticas con El Vaticano, después de que en una entrevista el papa Francisco calificó al régimen de “dictadura hitleriana”.
Fuentes diplomáticas en Roma confirmaron al medio Confidencial que la representante del gobierno nicaragüense ante la Santa Sede, Yara Suhyén Pérez Calero, comunicó “verbalmente” la ruptura de relaciones en la Secretaría de Estado del Vaticano, en Roma, aludiendo a las declaraciones del Santo Padre, en las que por primera vez se refirió de forma contundente a los ataques del régimen contra la Iglesia católica.
El papa elogió además al encarcelado obispo Rolando José Álvarez: “Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio”.
El obispo de Matagalpa, de 56 años, estaba detenido desde agosto por conspiración y rechazó ser deportado a Estados Unidos con otros 222 opositores excarcelados y expulsados del país por ser "traidores a la patria".
Nicaragua se unirá al reducido número de países que no mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede: Vietnam, Corea del Norte, China, Laos Somalia, Omán, Mauritania, Maldivas, Islas Comoros, Brunéi, Afganistán y Arabia Saudita, además de Bután.
El Papa dijo a Infobae: "Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige".
"Es una cosa que está fuera de lo que estamos viviendo, es como si fuera traer la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana del 35, traer aquí las mismas (...) Son un tipo de dictaduras groseras", añadió el santo padre.
El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio José Báez Ortega, celebró los dichos del Papa. “Les ha dicho lo que son: una dictadura de desequilibrados, vulgar y anacrónica, al estilo hitleriano y comunista”, afirmó en Twitter el influyente obispo, que se encuentra fuera de Nicaragua desde hace cuatro años por decisión del papa Francisco por motivos de seguridad.
“Creo que no es la primera vez que el Papa los ve así (al régimen de Ortega) y no es tarde para decirlo”, agregó el religioso, quien el 15 de febrero pasado se convirtió en el segundo miembro de la Conferencia Episcopal de Nicaragua a quien las autoridades judiciales de su país le retiraron la nacionalidad y ahora reside en Estados Unidos.