Honduras fue alertada el pasado jueves 29 de octubre por el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos sobre la formación del huracán Eta que se desplazaba lentamente por el Caribe de Nicaragua.
Se advirtió que Eta ingresaría a territorio hondureño por la zona del oriente dejando inundaciones en las zonas norte y Caribe. Entre la noche del pasado lunes y la madrugada del martes se registraron fuertes lluvias producto de las bandas del huracán de categoría cuatro que azotaba a Nicaragua.
En ese momento se comenzaron a inundar municipios de la zona norte. Mientras tanto el Gobierno hondureño seguía ignorando el problema y proclamaba la continuación de un feriado nacional.
A inicios de semana, las autoridades continuaban todavía moviendo toda su maquinaria institucional y mediática para desarrollar el ansiado «feriado morazánico» que en Honduras se da en octubre, pero que por la pandemia se había movido para esta semana. Esto fue severamente criticado por el Colegio Médico de Honduras (CMH) porque se daba en medio de una pandemia y se autorizaba, a toda la población, para que saliera sin restricciones a vacacionar en las playas y sitios turísticos. En medio de las tormentas, el presidente Juan Orlando Hernández visitó varios municipios del país incitando a la gente a reactivar la economía y hacer turismo interno.
El Gobierno de Honduras decidió no alertar a tiempo a la población sobre los peligros, sino que esperó hasta último momento para suspender el feriado y declarar la alerta roja. Fue el miércoles, con registros preocupantes de lluvia y ocho muertos, que el presidente Hernández finalmente declaró alerta roja en todo el territorio hondureño por los embates de Eta, que ese mismo día había tocado suelo catracho como tormenta tropical.
A esas alturas los ciudadanos de las zonas vulnerables se encontraban atrapados y con dificultades para evacuar. Las carreteras ya estaban cortadas, había casas anegadas y puentes caídos. La comparecencia de Hernández, junto a las autoridades de la Policía Nacional y algunos secretarios de Estado se dio en presencia del jefe del Estado Mayor Conjunto de las FF. AA., Tito Livio Moreno.
Hernández le dijo a los pobladores de las zonas vulnerables del Valle de Sula que solamente tenían dos horas para evacuar, tal y como quedó evidenciado en reportes de medios locales las personas tuvieron que salir por su propia cuenta, sin ayuda gubernamental. El río Ulúa creció tanto que superó los niveles presentados durante las inundaciones registradas por el huracán Mitch en el año 1998.
Miles de personas quedaron atrapadas la noche del miércoles. El jueves en la mañana comenzaron a circular imágenes de gente que tuvo que subir hasta los techos en la colonia Planeta, de La Lima, Cortés. Las imágenes se viralizaron y la indignación creció.
El último reporte de fallecidos en Honduras por Eta indicó que 23 personas fallecieron, dos desaparecieron y que 1.6 millones resultaron directamente afectadas.
El coordinador regional de Medicina Forense en San Pedro Sula, Cortés, Vladimir Núñez Licona, dijo este sábado a Contracorriente que se preparan para el ingreso de al menos 100 cuerpos de ciudadanos que se ahogaron en la ciudad de La Lima, Cortés, durante las inundaciones provocadas por la tormenta tropical Eta.
«Nada más se hará un reconocimiento externo con el fin de tener certeza de que la persona fallecida es esa. Examinaremos para identificación, huellas, ADN, exámenes odontológicos, básicamente. Y luego serán entregados», sostuvo.
Núñez Licona reconoció que están diezmados en el personal debido a las incapacidades otorgadas por la pandemia de la COVID-19, y que en ese sentido tienen más limitaciones por el recurso humano, sin embargo, informó que se está desplazando a un equipo de la morgue de Tegucigalpa, zona central, para que ayuden en la zona norte: «Tendremos un enorme trabajo. Embolsar cuerpos, desembolsar cuerpos. Moverlos y ayudar a los médicos a hacer su trabajo. En Tegucigalpa el director nos informó que se movilizará un grupo de compañeros».
Las diferencias en cómo actuaron los países vecinos de Honduras son notables y contrastan con la desidia del Gobierno que alertó de los peligros hasta el día miércoles. Nicaragua evacuó a más de 3000 personas antes de que el huracán, que en ese entonces tenía categoría cuatro, golpeara sus costas del Caribe con fuerza, como lo reportó el pasado lunes el sitio Nicaraguainvestiga; El Salvador también declaró alerta roja mucho antes que Honduras en todo su territorio, suspendió varias actividades, y advirtió de los peligros por las bandas del huracán Eta, a pesar de que no serían afectados directos por el fenómeno, tal y como lo recoge el sitio Elsalvador.com
Cortés, el departamento más golpeado por la pandemia y por ETA
El departamento de Cortés, junto a Yoro, es el más afectado en Honduras, debido a las severas inundaciones causadas por Eta. El río Chamelecón y el río Ulúa causaron estragos en las zonas más vulnerables. Es en estos departamentos donde las alertas no llegaron a tiempo y donde se pudo ver la mayor expresión de dolor y desesperación en búsqueda de rescatistas.
El peaje ubicado en la salida del bulevar del Este de San Pedro Sula, que conecta con La Lima en Cortés, fue el punto de reunión de miles de damnificados, la mayoría de ellos sin mascarillas, sin gel y sin oportunidad de poder guardar distancia, lo que expone a Honduras a un rebrote de la covid-19. El número de muertos en Honduras por la pandemia se elevó a 2741, según el último reporte del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager). Mientras tanto, los contagios están muy cerca de los 100 000 casos, Cortés es el departamento con más casos a nivel nacional, con el 27.4 %.