El terrorismo ha vuelto a golpear Francia. Al menos tres personas han muerto este jueves en Niza, en un brutal ataque con cuchillo perpetrado en una iglesia por un hombre que, según las autoridades locales, asumió la agresión como un acto islamista cuando fue detenido.
Poco después, la Embajada francesa en Arabia Saudí confirmó el apuñalamiento de un vigilante, que resultó herido, en su consulado en Yeda. Otro hombre que había amenazado con un arma a policías en Aviñón fue abatido también durante la mañana, aunque no está claro que esta tercera agresión tenga una vinculación extremista. El primer ministro, Jean Castex, ha calificado de “innoble” el ataque en Niza y ha elevado la alerta terrorista al máximo nivel.
“Este ataque tan cobarde como bárbaro pone de luto a todo el país”, ha dicho Castex en una breve alocución ante la Asamblea Nacional tras participar en la célula de crisis abierta en el Ministerio del Interior por el ataque en Niza. “La respuesta del Gobierno será firme, implacable e inmediata”, ha prometido, a la par que ha anunciado que se eleva el plan de vigilancia antiterrorista a su máximo nivel, el de “emergencia de atentado”, en todo el país. El Gobierno celebrará además un consejo de Defensa el viernes por la mañana centrado en los nuevos ataques, que se producen en un momento especialmente sensible en Francia, tras la decapitación hace dos semanas de un profesor de Historia, Samuel Paty, a las afueras de París que mostró caricaturas de Mahoma para ilustrar una clase de libertad de expresión. Esta semana, además, se ha elevado considerablemente la tensión debido a las protestas en varios países musulmanes por la firme defensa de Francia del derecho a mostrar caricaturas del profeta o de otros símbolos religiosos.
Con el asesinato de Paty, “el objetivo fueron la libertad de expresión y la libertad de enseñar. Hoy, con las víctimas de Niza, son la libertad de culto, y la de conciencia las que son atacadas”, ha afirmado Castex en otra alocución, esta vez ante el Senado.
El primer ataque de este jueves, en Niza, tuvo lugar hacia las nueve de la mañana, en el interior de la basílica de Notre Dame, en el centro de la ciudad de la Costa Azul, en el sureste del país. Las víctimas son dos mujeres y un hombre que el alcalde de la ciudad, Christian Estrosi, identificó como el sacristán de la iglesia. Dos de las víctimas fallecieron en el interior del templo. Según la Agencia France Presse, una de ellas, una mujer, fue degollada por el agresor, que habría intentado decapitarla. Estrosi no ha querido confirmar explícitamente este extremo, aunque sí ha dicho que han sido asesinados “de manera horrible” y ha evocado la muerte de Samuel Paty, el profesor de Historia decapitado en las afueras de París el 16 de octubre por un joven de origen checheno que lo asesinó por haber mostrado en clase unas caricaturas de Mahoma, las mismas que publicó Charlie Hebdo y que motivaron los atentados contra el semanario en enero de 2015. Otra mujer logró huir y refugiarse en un bar cercano, donde pereció poco después a causa de las heridas.
La Fiscalía Antiterrorista ha abierto una investigación por “asesinato con fines terroristas”, por “intento de asesinato terrorista” y por “asociación criminal terrorista”, según confirmaron fuentes judiciales a este diario. El presidente, Emmanuel Macron, llegó a primera hora de la tarde a la popular ciudad de la Costa Azul, ha anunciado el Elíseo. La Asamblea Nacional, que estaba en sesión para debatir la entrada en vigor de un nuevo confinamiento nacional por coronavirus, interrumpió la reunión y celebró un minuto de silencio en memoria de las víctimas.
Estrosi, que acudió rápidamente al lugar del ataque, ha denunciado un acto de “islamofascismo” y ha asegurado que el presunto agresor, que está siendo tratado en un hospital tras resultar herido de bala por la policía que rápidamente acudió a la zona del ataque, asumió el acto como islamista. Según algunos medios, el hombre se habría identificado como “Brahim” y dice tener 25 años, aunque todavía no se ha confirmado su identidad.
“Niza, como Francia, hoy está pagando un tributo demasiado pesado al ser víctima, una vez más, del islamofascismo (…) El autor de los actos no ha cesado de repetir en bucle delante de nosotros allahu akbar [Alá es grande] cuando era atendido por médicos en el lugar de los hechos”, ha declarado Estrosi.
Poco se sabe por el momento del presunto ataque en Aviñón. Medios locales han confirmado que la policía abatió a un hombre que se habría abalanzado contra unos agentes con un cuchillo, alrededor de las 11.00 de la mañana, aunque por el momento solo la emisora Europe1 afirma que gritaba Allahu akbar cuando fue abatido.
Poco después del ataque en Niza, la Embajada francesa en Arabia Saudí ha confirmado que un hombre ha atacado con un cuchillo a un vigilante del Consulado de Francia en Yeda, la segunda ciudad de Arabia Saudí, este jueves, informa Ángeles Espinosa. “El atacante ha sido detenido de inmediato por las fuerzas de seguridad”, según la legación francesa, que ha condenado una agresión “que nada puede justificar”. Según la agencia estatal de noticias, SPA, tanto el autor como su víctima, que está fuera de peligro, son ciudadanos saudíes.
Aunque Arabia Saudí ha sido escenario en el pasado de atentados contra intereses occidentales, ataques como este, con cuchillo, son raros. No obstante, tres bailarines españoles fueron objeto de un ataque similar en noviembre de 2019 mientras actuaban en un festival de teatro en Riad. El agresor, un yemení, fue condenado a muerte al mes siguiente.
El Reino del Desierto, a quien muchos analistas responsabilizan de haber difundido la radical interpretación del islam en la que se apoyan los extremistas islámicos violentos, condenó el pasado martes las caricaturas de Mahoma por las que fue asesinado Paty y rechazó cualquier vínculo entre islam y terrorismo.
Las medidas anunciadas por el presidente francés contra el islam radical del que han sido víctimas tanto los tres acuchillados en Niza como el profesor Paty, han desatado protestas desde Indonesia hasta Libia. Los islamistas a los que Macron quiere poner coto han hecho llamamientos a boicotear los productos franceses a través del mundo islámico, donde se libra una lucha interna por el control de los musulmanes. Quienes aspiran a que el islam sea un actor político, y ellos los únicos representantes de los seguidores de esa religión, chocan no solo con las democracias occidentales, sino con muchos musulmanes que no comparten sus objetivos. La situación se complica por la ambigüedad de los autócratas árabes que si bien recelan de los islamistas (porque cuestionan su autoridad), intentan a la vez legitimarse en el islam ante sus ciudadanos.
Fuente: Diario El País España