Al menos dos iglesias del centro de Santiago de Chile fueron quemadas este domingo tras la manifestación que congregó a decenas de miles de personas para conmemorar el primer aniversario de ola de protestas, las más graves desde el fin de la dictadura militar (1973-1990).
El primer santuario en arder fue la Iglesia San Francisco de Borja, usado regularmente por el cuerpo policial de Carabineros para ceremonias institucionales, y horas más tarde fue la Iglesia de la Asunción, una de las más antiguas de la capital, con más de un siglo y medio de antigüedad.
Ambos templos se encuentran en los alrededores de Plaza Italia, el epicentro del llamado "estallido social" y que este domingo fue escenario de una de las concentraciones de manifestantes de izquierdas en lo que va de año.
"Indignación y tristeza por el incendio y destrucción de la parroquia de La Asunción, y el ataque a la iglesia San Francisco de Borja, ambos inmuebles patrimoniales", dijo este domingo en su cuenta de Twitter la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile, Consuelo Valdés.
La iglesia de San Francisco de Borja fue también saqueada y algunas de sus imágenes religiosas fueron quemadas en la calle, mientras que la de La Asunción vio como su cúpula caían al suelo consumida por las llamas.
El incidente más grave ha sido el del saqueo y el incendio de la Iglesia San Francisco de Borja, una iglesia institucional de Carabineros ubicada en las inmediaciones de la plaza Baquedano, en Santiago de Chile. Al menos cinco personas han sido detenidas por estos hechos: uno fue arrestado en el interior de la Iglesia y cuatro en el exterior.
Las imágenes de las cámaras de los Carabineros mostraban cómo varios sujetos accedieron por la parte posterior de la iglesia, sacaron figuras religiosas y otros objetos que fueron destruidos o utilizados para levantar barricadas.
En las cercanías de la rotonda, bautizada por los manifestantes como "Plaza Dignidad", fueron saqueados además varios comercios, entre ellos un supermercado de una cadena internacional, y también se registraron ataques de encapuchados a algunas comisarias de la periferia capitalina, como Puente Alto.
También comenzaron a prenderse barricadas en algunos puntos aledaños a dicha plaza y en otras zonas de la capital, al tiempo que en ciudades como Antofagasta (norte) se producían también algunos incidentes violentos y enfrentamientos con la policía.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, se trasladó en horas de la tarde al Palacio de La Moneda —sede del Gobierno— para monitorear los incidentes, que ensombrecieron una jornada que transcurrió durante horas en un ambiente muy festivo y familiar.
También hubo concentraciones en ciudades como Valparaíso, Viña del Mar, Antofagasta y Concepción.
Según Carabineros, al menos 18 agentes resultaron lesionados en distintos puntos de la capital. A diferencia de otras semanas, el cuerpo policial estuvo la mayor parte del día replegado y empezó a actuar cuando comenzaron los desmanes.