La recuperación de China a la pandemia de coronavirus continuaba en el tercer trimestre y mostró señales de una ampliación en septiembre a medida que se aceleraba el gasto de los consumidores. La economía asiática se encamina a ser la única importante del mundo en registrar un crecimiento este año.
El producto interno bruto creció un 4,9% en el tercer trimestre respecto al año anterior, frente a la previsión de los economistas de una expansión del 5,5%. Tanto las ventas minoristas como la producción industrial cobraron impulso en septiembre, lo que tranquilizó a los mercados de que la recuperación está en camino.
Las cifras muestran que una contención temprana y enérgica del coronavirus en China ha preparado la economía para un repunte más rápido que otras. Ello es positivo para una economía mundial que aún está saliendo de su peor crisis desde la Gran Depresión, un repunte complicado por el resurgimiento del virus en Europa y Estados Unidos.
“Es un mensaje alentador y esperanzador para el resto del mundo”, dijo Rob Subbaraman, jefe global de análisis macro de Nomura Holdings Inc. en Singapur. “Si se gestiona con éxito la crisis de salud, la economía puede recuperarse”.
Las ventas minoristas crecieron un 3,3% en septiembre respecto al año anterior, la producción industrial aumentó un 6,9% y el crecimiento de la inversión se aceleró al 0,8% en los nueve meses hasta el final del trimestre. El fuerte crecimiento de las importaciones en el tercer trimestre puede haber afectado la cifra del PIB, aunque en general se considera una señal alcista de la demanda.
La producción ha aumentado un 0,7% en lo que va de año, lo que significa que la segunda mayor economía del mundo ha recuperado todo el terreno que perdió en los primeros meses del año.
Los mercados cotizaban mixtos tras conocerse la noticia. El índice CSI 300 de renta variable, que la semana pasada quedó a un 1% de un máximo de cinco años, caía un 0,3% a partir del receso de mediodía en Shanghái. El yuan registraba pocos cambios, cerca de 6,7 por dólar, después de negociarse brevemente a su nivel más fuerte en 18 meses.
La recuperación ha estado apuntalada por la contención del virus, que ha permitido a las fábricas una reapertura rápida y capitalizar la fiebre mundial de equipos médicos y tecnología de trabajo desde casa. Esa fortaleza de las exportaciones estuvo contrarrestada por un reciente aumento de las importaciones, lo que deprimió la contribución del comercio neto al crecimiento de la producción.
“No se debe ver negativamente”, dijo Liu Peiqian, economista para China de Natwest Markets Plc en Singapur, porque el fuerte crecimiento de las importaciones sugiere que la recuperación del crecimiento económico subyacente se está acelerando.
La mejora del panorama se ha alcanzado con un endeudamiento limitado del Gobierno y una flexibilización relativa del banco central. En cambio, el Gobierno se ha centrado en el apoyo específico a las empresas y el banco central en mantener el flujo de liquidez; las lecturas de hoy sugieren que no hay necesidad de un cambio de rumbo.
“Los datos -en conjunto- sugieren que no hay urgencia para que el Gobierno agregue más estímulo, aunque la posibilidad de un recorte para final de año aún no ha desaparecido plenamente. La atención aún está centrada en las medidas. De cara al próximo año, el hecho de si se amplían las medidas fiscales darán forma al conjunto de políticas monetarias y fiscales óptimas. En el caso de que se retire el apoyo fiscal, es probable que haya más recortes de tasas”, comenta Chang Shu, economista jefe para Asia de Bloomberg.
Fuente: Bloomberg News