En todo lo que va del año 2020, una gran cantidad de astrónomos y astrónomas se han dedicado a examinar con suma atención a la estrella “Betelgeuse”.
Esta es una de las más brillantes que se ve desde la Tierra y en 2019 comenzó a perder su brillo. Y se sospechó que se trataba de una fase previa a una supernova, pero todo parece indicar que es todo lo contrario.
El brillo de “Betelgeuse” comenzó a decaer y rápidamente se salió del “ranking” de las 10 estrellas más brillantes del cielo. Ante ello fue que las y los astrónomos esperaban que el núcleo de esta estrella colapsara y se derivará en una Supernova de tipo II. Pero un nuevo estudio en la Universidad de Australia indica que sigue quemando helio en su núcleo, lo que se traduce en mucho años más de vida.
La astrofísica Meredith Joyce, directora de esta investigación, estimó que se trata de nada menos que de aproximadamente 100 mil años más de vida para “Betelgeuse”. Pero además, todo ello derivó en un asombroso descubrimiento, pues la medición de esta estrella “estaban mal”. Pues en 1920 se informó que tenía un tamaño de 1, 300 veces del Sol, pero resulta que solo son 750.
Por supuesto que el tamaño sigue siendo descomunal y no por nada está en la categoría de Gigante Roja, que le queda bastante bien por su imponencia. Además ya no ocuparía la órbita de Júpiter (724 años luz) sino que solo serían 530 años, un poco más cerquita de nosotros y que no afecta el cómo la vemos, aunado a que tendremos 100 mil años más para verla, por supuesto que desde otro plano astral.
Además, el recorte de dicha distancia no supondría ninguna variación en términos de su eventual explosión. Además, la distancia segura entre una supernova y nuestro Planeta es de 50 años luz, por lo que seguimos estando con total seguridad. Por lo que este fenómeno explosivo sería una verdadera joya visual para la NASA, pero al parecer, deberán esperar sentados, por decirlo de alguna manera.
Fuente: elintranews.com