Una localidad rural de Indonesia ha encontrado una singular forma de c astigar a los ciudadanos que se niegan a llevar mascarilla: son obligados a cavar tumbas de víctimas de la Covid-19.
Las autoridades de Gresik, una municipalidad en la isla de Java, suelen castigar a los infractores con una multa de 150.000 rupias, unos 10 euros, o les imponen un “castigo social”, que suele consistir en realizar servicios sociales como limpiar calles o alcantarillas, o incluso hacer flexiones. Sin embargo, en algunos casos se ha recurrido a castigos más escatológicos como 21 personas que fueron condenadas con limpiar el cementerio el pasado 25 de junio y otras 8 –tres hombres de mediana edad y cinco menores– que fueron puestos a cavar tumbas el 9 de septiembre.
“La decisión fue espontánea porque por entonces hubo una muerte por la Covid en el distrito”, explicó a la agencia Efe Suyono, jefe del distrito de Cerme en Gresik. “Después de cavar la tumba, se les dieron mascarillas y tuvieron que observar el funeral desde la distancia”, añadió.
El pasado lunes, las autoridades locales castigaron a otra docena de infractores a cavar tumbas, aunque finalmente decidieron conmutarles la pena por limpiar la plaza de la localidad.
Indonesia, uno de los países más afectados por la pandemia en el Sudeste Asiático, impuso el pasado julio la obligación de llevar la mascarilla en público. Sin embargo, el Gobierno dejó en manos de las autoridades locales la decisión de qué castigo imponer a los infractores.
Desde verano, más de 700 personas han sido puestas a limpiar alcantarillas o a realizar otros servicios sociales en Gresik por no llevar mascarilla, otras 29 a limpiar o cavar tumbas y 70 pagaron una multa.
Durante la pandemia, Indonesia ha aplicado una mezcla de medidas de ámbito nacional, como restricciones de viaje y distanciamiento físico, e iniciativas locales como la de Gresik para frenar la expansión del virus.
Otra iniciativa original fue la del pasado abril en Purworejo, una localidad en Java donde dos indonesios empezaron a disfrazarse de pocong , un fantasma del folclore local, para evitar que los vecinos salieran a la calle.
Indonesia, que mantiene sus fronteras cerradas a los turistas extranjeros pero que no ha impuesto un confinamiento estricto, ha registrado más de 233.000 contagios y 9.222 muertos por la Covid-19 en este archipiélago de 267 millones de habitantes.
Fuente: Diario La Vanguardia