El viernes santo del papa Francisco
El papa Francisco vivió un inusual celebración de viernes santo con la plaza de San Pedro vacía por la pandemia de COVID-19 y escuchando las penas de los prisioneros y sus víctimas. Esta fue la primera vez que la procesión por las últimas horas de la vida de Jesucristo no se hizo en el Coliseo de Roma, desde 1964, cuando el papa Pablo VI reintrodujo la tradición moderna. La tradicional procesión estuvo a cargo de cinco personas del sistema penitenciario y cinco del servicio de salud, que leyeron las reflexiones escritas por prisioneros de una cárcel al norte de Italia, sus guardias, capellanes y familiares de sus víctimas. Esta foto fue tomada mientras el pontífice encabezó el Via Crucis en el Vaticano.