Por supuesto, el primero de ellos son los ingresos. Para un músico como él los conciertos son una de sus principales fuentes de ingresos y, tras la cancelación de la gran mayoría de eventos hasta nueva orden, su economía se está viendo realmente perjudicada.
"Sin los ingresos de los conciertos solo puedo vivir durante un año", afirma el músico, que acaba de cumplir 77 años, como quien ha dedicado mucho tiempo a hacer cuentas desde su hotel y restaurante, donde está alojado, y que posee en la pequeña localidad de Cellino San Marco, en la provincia de Brindisi, región de Pugli, al sureste de Italia.
El músico se queja de que apenas si está sobreviviendo con "una pensión de 1.470 euros", una cifra que considera mínima, y eso que el año pasado era de cien euros menos. "No me lo explico. Siempre he pagado mis impuestos. Desde que era campesino aquí en Apulia y después en el sector metalmecánico en Milán. Si un día debiera vivir únicamente de la pensión, no lo pasaría bien", argumenta.
El autor de éxitos como Felicità o Ci Sarà junto a Romina Power piensa en sus ayudantes, empleados y amigos a la hora de hablar: "Cuando actúo, me acompaña un equipo de veinte personas, más todas las que trabajan aquí en Cellino. En total son al menos 50 familias que actualmente no están ganando nada. ¿Qué pasará en septiembre cuando llegue la campaña del olivo?".
Según él, el mundo de la música al final es "siempre La Cenicienta". "Encuentran contribuciones para todos, menos para los que trabajan en este campo", opina, aunque reconoce que el aislamiento no ha sido para él tiempo perdido. "Nunca estuve en casa cuatro meses seguidos. Así que he aprovechado para ponerme a dieta. Y hago mucho ejercicio. He conseguido perder 4 kilos y estoy más que orgulloso".