Otros 2,43 millones de trabajadores estadounidenses presentaron su solicitud de desempleo durante la pasada semana, a pesar de que ya se había empezado en muchos partes del país el inicio de la vuelta a la normalidad. El número asciende un total de 38,6 millones de peticiones en nueves semanas, desde que se inició el cierre generalizado para combatir la propagación del coronavirus.
El ritmo de peticiones semanales de desempleo se ha ralentizado desde el pico de casi siete millones a finales de marzo. Sin embargo, la cifra de peticiones sigue siendo devastadora. La cantidad continúa en un nivel históricamente elevado desde el inicio de esta crisis sanitaria, con un peaje de récord en la economía de Estados Unidos
Si se compara el impacto de la pandemia con otros momentos de retroceso, el listón marcó su punto álgido en 1982, cuado se registraron 695.000 peticiones de paro.
Como ejemplo del coste, el departamento Laboral del estado de Nueva York comunicó que hasta este martes había gastado en el subsidio del paro durante dos meses el equivalente a cuatro años y medio en condiciones normales.
Negocios afectados
Los economistas han advertido que esta pérdida temporal de empleo pude tener efectos duraderos. Este martes, en su comparencia virtual en el Senado, el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, aseguró que los daños serán permanentes si el cierre de los negocios en los estados se prolonga mucho tiempo.
En esa misma audiencia, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed o banco central de EE.UU.), avisó de la necesidad de que los legisladores y el gobierno adopten más medidas de estímulo para evitar que las cicatrices curen lo antes posible. Powell considera que el índice de paro, ahora en el 14,7%, puede subir hasta el 25%, al nivel de la Gran Depresión de los años treinta, y señaló que la recuperación podría iniciarse a partir de la segunda mitad de este año, aunque será lenta y se prolongará hasta finales de 2021.
La hemorragia no cesa. Según una encuesta de la Oficina del Censo, el 47% de los adultos reconocen que ellos o algún miembro de su hogar han perdido los ingresos desde mediados de marzo. Más del 40% espera que está pérdida mantenga esta tendencia en las próximas cuatro semanas.