Distintos funcionarios norteamericanos, incluyendo al propio Donald Trump, aseguraron en las últimas semanas en que China debería pagar por los daños causados por la pandemia de coronavirus, principalmente por dos razones.
Una es el hecho que esta se haya originado en el país y la otra que la falta de transparencia por parte del régimen evitó que otros países adoptaran medidas que podrían haber mitigado su impacto.
En un artículo publicado este jueves, The Washington Post informa que altos funcionarios norteamericanos están explorando potenciales represalias hacia Beijing por su manejo del brote.
Esa información fue confirmada al periódico capitalino por cuatro altos funcionarios de la administración Trump, bajo condición de anonimato. Dos de ellos indicaron que este jueves estaba prevista una reunión entre funcionarios de varias agencias gubernamentales para comenzar a trazar una estrategia.
De acuerdo a estas fuentes, Trump y su círculo íntimo han deslizado en privado la posibilidad de despojar a China de su “inmunidad soberana”, y así permitir al Gobierno o incluso a la víctimas de COVID-19 demandar al gigante asiático “por daños y perjuicios”.
George Sorial, quien supo ser un alto ejecutivo de la Organización Trump y actualmente está involucrado en una demanda colectiva contra China, reveló a The Washington Post que él y altos funcionarios de la Casa Blanca han abordado el tema. Sin embargo, expertos legales han indicado que quitarle a Beijing su inmunidad soberana “sería extremadamente difícil de llevar a cabo” y podría requerir de una legislación del Congreso.
Asimismo, varios funcionarios también han discutido la posibilidad de que Estados Unidos cancele parte de sus obligaciones de deuda con China, según confiaron dos personas con conocimiento de las conversaciones internas. Se desconoce, sin embargo, si Trump respalda esta idea.
Las fuentes aclararon que estas discusiones son preliminares. Mientras tanto, otros funcionarios advirtieron en los últimos días al mandatario que “no es el momento adecuado” de adoptar medidas de este tipo. No obstante, uno de los asesores principales de Trump reconoció: “Castigar a China es definitivamente donde está la cabeza del presidente ahora mismo”.
El lunes pasado, el presidente de Estados Unidos sugirió que podría exigir a China que pague miles de millones de dólares por los daños causados por la pandemia, originada en la ciudad de Wuhan. “No estamos contentos con China. No estamos contentos con toda la situación porque creemos que podrían haberla detenido desde su origen”, dijo desde la Casa Blanca.
“Podría haberse detenido con rapidez y no se habría propagado por todo el mundo (...) Hay muchas maneras en las que puedes hacerlos responsables. Como sabrán, estamos llevando a cabo investigaciones muy serias”, sostuvo el mandatario.
Durante un encuentro con periodistas, a Trump se le habló de un editorial reciente de un diario alemán en el que se exige que China pague 165.000 millones de dólares por los daños causados por el coronavirus a la economía.
Consultado sobre si Estados Unidos considera hacer algo similar, dijo “poder hacer algo mucho más sencillo que eso”. “Nosotros hablamos de mucho más dinero del que habla Alemania. Aún no hemos determinado el monto final”. Pero aseguró que “es muy sustancial”.
“Es un daño a todo el mundo. Este es un daño a Estados Unidos, pero también es un daño al mundo”, remarcó el presidente norteamericano.
Este jueves, Geng Shuang, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, respondió a las recientes acusaciones del gobierno norteamericano: “Los Estados Unidos deben saber que su enemigo es el virus, no China. Deben centrarse en la contención en casa y la cooperación internacional, en lugar de difamar y echarle la culpa a China”.
“En cuanto al castigo o la responsabilidad, como he afirmado repetidamente, esa retórica no tiene fundamento jurídico y no hay ningún precedente internacional. En este momento, socavar los esfuerzos de otros terminará por socavarse a sí mismo”, añadió.
En esa línea se pronunció Scott Kennedy, asesor principal del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales -un grupo de expertos en política exterior-, quien estimó que “las posibilidades de que los chinos paguen reparaciones están entre cero y ninguna”.
“Si su objetivo es comprender realmente los orígenes y la propagación del coronavirus, poner fin a esta pandemia, restaurar el crecimiento económico y prevenir futuras crisis, tiene que conseguir que los gobiernos y las diferentes partes interesadas trabajen juntos”, consideró.
Sorial, por su parte, se mostró a favor de que Trump y la Casa Blanca examinen todos los métodos posibles para que China compense a Estados Unidos por las pérdidas de miles de millones de dólares que el Gobierno debió destinar en ayuda social, colaboración para las empresas (pequeñas y grandes), y por las miles de muertes que registra el país por el virus. “Felicito al presidente por lo que está haciendo. Ahora estamos finalmente en el punto en que ese tipo de acción es necesaria. No importa dónde se siente en el espectro político, el gobierno de China y el PCC [Partido Comunista Chino] fueron muy negligentes”.
La semana pasada, el secretario de Estado Mike Pompeo insistió en que China no informó del brote del coronavirus “de manera apropiada” a la Organización Mundial de la Salud (OMS): “Creemos firmemente que el Partido Comunista chino no informó del brote del nuevo coronavirus de manera oportuna a la OMS”.
El jefe de la diplomacia norteamericana explicó que las Regulaciones Internacionales de Salud (IHR, por sus siglas en inglés), que entraron en vigor en 2007 tras el brote de SARS en 2003, establecen cómo tienen que comunicar los países las amenazas a la salud pública. “Por ejemplo, el artículo 6 de las IHR dice que ‘cada partido gobernante deberá notificar a la OMS en 24 horas todos los eventos que puedan constituir una emergencia de salud pública de preocupación internacional en su territorio’”, apuntó.
Con el correr de las semanas incluso han aumentado las denuncias -y pruebas- de que los funcionarios del gobierno chino trataron de silenciar a los médicos que desde un principio intentaron alertar sobre la transmisión del virus.
Jared Kushner, yerno y asesor de Trump, reconoció en las últimas horas que “el presidente está buscando opciones para castigar a los responsables de los daños que el virus ha causado en Estados Unidos”.
Fuente: Infobae - Washington Post