Los más ricos de la sociedad, incluidos los de Silicon Valley, han desarrollado una reputación por recurrir a Nueva Zelanda como un punto de destino para construir refugios para enfrentar el fin del mundo.
Y como informa Bloomberg, es posible que algunos de ellos ya hayan huido a sus lujosos búnkers bajo tierra en el país oceánico a medida que la enfermedad por coronavirus, conocida como COVID-19, continúa propagándose por todo Estados Unidos.